Cerrar a medianoche y no a las 23:00 supondría un alivio para autónomos y empresarios

Una hora menos de limitación de la movilidad nocturna es indispensable para el sector hostelero

En su petición formal al Ministerio de Sanidad sobre el establecimiento del toque de queda nocturno, el Gobierno pidió el tramo de once de la noche a seis de la mañana. 

Las terrazas, aunque en escaso número, han vuelto a ocupar las calles (T. DE LA CRUZ)
photo_camera Terrazas en calle Pedro de Meneses (C.A.)

La nueva declaración de estado de alarma nacional y el toque de queda de once de la noche a seis de la mañana en nuestra ciudad es un duro golpe para el sector hostelero. 

El real decreto ley aprobado este domingo por el Consejo de Ministros permite que las comunidades y ciudades autónomas pueden modular algunas de las limitaciones. Madrid, Cantabria, Extremadura y Valencia han impuesto el cierre a medianoche para favorecer en la medida de lo posible a los sectores hostelero y turístico. 

El horario de movilidad nocturna podría ser modificado por Salud Pública para aliviar la delicada situación por la que están pasando bares, restaurantes y otros establecimientos, retrasando a las 0 horas el cierre, una hora más tarde de lo anunciado por el consejero de Sanidad, Javier Guerrero. 

Los hosteleros necesitan que se apure el margen a su favor porque se ven abocados a tener que cerrar sus negocios por no poder servir cenas. Una hora puede ser la salvación para muchos. El sentido común debe imperar sobre todo no siendo la hostelería la culpable del aumento exponencial de los contagios en Ceuta durante la segunda ola de la pandemia. No se conocen, y así lo han reconocido las autoridades, brotes provocados por el funcionamiento de bares y restaurantes que además están siendo muy escrupulosos con las medidas sanitarias y las recomendaciones. 

El Gobierno de Ceuta es consciente de que la hostelería es la gran vapuleada por el covid y que las últimas medidas restrictivas están siendo catastróficas para el sector, motivo por el que los hosteleros están anímicamente hundidos. Ellos y sus familias. 

Salud Pública no puede dejar que el virus acabe con la hostelería en nuestra ciudad.