a la caza del consumidor marroquí

El comercio local fía al servicio post-venta su poder de atracción sobre el cliente ceutí

“El cliente local se da cuenta de que cada día es más interesante comprar en Ceuta, sobre todo aquellos productos que requieren de un servicio de atención después de la venta: cuando se compra en la Península pueden tener dolor de cabeza”, explica el presidente del Centro Comercial Abierto, Ernesto Valero.

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photo_camera Viandantes caminan por el Paseo del Revellín/ ANTONIO SEMPERE

La batalla entablada por los comerciantes locales para atraer a los consumidores ceutíes frente a la oferta de la Península encuentra en el servicio post-venta un apreciado aliado. El hábito instalado en un sector de la población de emplear fines de semana y festivos en organizar expediciones al otro lado del Estrecho con el propósito de realizar sus compras ha animado al comercio ceutí a idear nuevas estrategias con las que compensar estas “fugas”.

Una de estas tácticas es la de dedicar una especial atención al cliente aun después de que la relación comercial haya concluido. “El cliente local se da cuenta de que cada día es más interesante comprar en Ceuta, sobre todo aquellos productos que requieren de un servicio de atención después de la venta –explica el presidente del Centro Comercial Abierto, Ernesto Valero- Cuando se compra en la Península pueden tener dolor de cabeza”.

Los comerciantes caballas siguen, con todo, trabajando en uno de los yacimientos potenciales de consumidores que, a medio y largo plazo, pueden reportarles mayores satisfacciones y beneficios: los turistas marroquíes.

Aun cuando el Centro Comercial Abierto no dispone de cifras con las que cuantificar el peso de este grupo de clientes, Valero reconoce su relevancia para la economía del sector. “En todo caso, determinar la incidencia no es fácil puesto que depende de cada tipo de establecimiento”, señala el presidente del Centro Comercial Abierto.

El problema, con todo, continúa siendo el mismo. Las salidas masivas de ceutíes o sus preferencias a viajar a otras ciudades para hacer sus compras todavía no pueden compensarse con las aportaciones que a las cuentas de resultados de los comercios locales hacen los clientes procedentes de Marruecos. “Nosotros hacemos lo que tenemos que hacer: darles calor”, concluye Valero.

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