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Las comunidades del PP piden el Senado un pacto educativo sin "populismo escolar"

Las comunidades gobernadas por el PP han coincidido este lunes en pedir, en el Senado, "visión de Estado y lealtad institucional" a todos los territorios a la hora de construir un nuevo pacto educativo.

niños en clase (1)
photo_camera Niños en clase/ C.A.

Estrella Digital

Las comunidades gobernadas por el PP han coincidido hoy en pedir, en el Senado, "visión de Estado y lealtad institucional" a todos los territorios a la hora de construir un nuevo pacto educativo, pero también han exigido un acuerdo serio e inclusivo, "que no sea populismo escolar".

Así lo ha expresado en el Senado, en la Comisión General de las Comunidades Autónomas, el consejero de Educación de Castilla y León, Fernando Rey, que ha pedido un sistema que garantice la calidad, el rigor, el nivel educativo y la transparencia, en definitiva que "no sea bizcochable, blando o paternalista, ni populismo escolar".

En esta línea y en este escenario también se han manifestado el resto de consejeros de Educación de comunidades gobernadas por el PP: Madrid, Murcia, La Rioja y Galicia, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que han insistido en que las comunidades deben ser generosas para que el interés particular de cada autonomía sea compatible con el interés general.

El consejero de Castilla y León ha insistido en un modelo inclusivo y ha sugerido la creación de un nuevo itinerario de formación profesional alternativo a la FP básica.

"El 'taylorismo' educativo debe extinguirse", ha dicho Rey, que ha subrayado que el nuevo modelo deberá reforzar las humanidades y recuperar la asignatura de Filosofía para todas las modalidades de bachillerato.

Por parte de La Rioja, el consejero de Educación, Formación y Empleo, Alberto Galiana, ha considerado que el diálogo tiene que ser "veraz" y estar aderezado "con voluntad" de llegar acuerdos pero, además, tiene que tener generosidad, y capacidad de cesión.

Para Galiana, si algo ha caracterizado al Ministerio de Educación es la "generosidad", pero, ahora, todos tienen que poner de su parte si quieren llegar "a un producto de consenso".

El consejero de Cultura y Educación gallego, Román Rodríguez, ha defendido el plurilingüismo, ha pedido un reconocimiento educativo y social de la formación profesional y ha ofrecido la experiencia pionera de su comunidad en este ámbito.

Este consejero ha considerado que esta es una "oportunidad histórica" para el futuro educativo de España y ha asegurado que desde la Xunta la voluntad es "sumar".

Por parte de la Comunidad de Madrid, el consejero de Educación, Rafael van Grieken, ha remarcado que un pacto sin un contenido claro lo único que busca "con cómplices para el fracaso".

Por ello, ha pedido "altura de miras" y que cada parte no pretenda ver reflejado en el pacto su programa o sus aspiraciones territoriales.

En su opinión, el pacto deberá dar estabilidad al sistema a la vez que procurar beneficiar intereses, y todo desde un marco compartido.

Desde Murcia, la consejera de Educación Isabel Sánchez-Mora ha apostado por un pacto que recoja libertad de enseñanza, calidad e igualdad de oportunidades.

Sánchez-Mora también ha instado a que las familias puedan elegir el modelo de formación que prefieren para sus hijos y a impulsar la libertad de cátedra de los profesores.

Por parte de Ceuta y Melilla, sus consejeros de Educación Javier Celaya y Antonio Miranda, respectivamente, han pedido un sistema estable que no dependa del color político. 

El concejal denunciaba así la posibilidad de que medio centenar de personas hubieran sido inscritas de manera fraudulenta y solicitaba la anulación del “derecho al voto de todas aquellas personas afiliadas al PP que se hayan visto beneficiadas por el pago de su cuenta de afiliación”. Pero la comisión organizadora del Congreso no aceptó la denuncia y argumentó que se trataban de hechos “sub judice” (en proceso de ser juzgado) y que “no hay situación de ilegalidad en el procedimiento de abono de esas cuotas”. Y ahí se zanjó el caso ya que consideró esa decisión “inapelable”.

Pero la polémica suscitada por el enfrentamiento no parece que se vaya a frenar y, si las cosas continúan por los derroteros que han tomado este fin de semana, la fractura en el PP cántabro será un hecho. 

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