Opinión

De Emilio Carreira

A Emilio Carreira que nadie se atreva a darlo por muerto, políticamente hablando, y más siendo del PP donde los muertos renacen de sus cenizas como el Ave Fénix y, si no, como ejemplo: él mismo.

De Emilio Carreira no se puede decir que haya pasado de la noche a la mañana de la trona al trono, pues se ha ido curtiendo en mil y una batallas por diferentes campos, ya fuese del mundo sindical o político. En este último es donde se le conoce más.

Ha sobrevivido en su partido a encarnizadas luchas internas y siempre ha sabido salir a flote, lo que le ha hecho desarrollar cuajo y le ha valido para que sea visto como alguien necesario en los tiempos que corren, -imprescindible diría yo-, y más ahora que entre los ciudadanos circula el convencimiento de que este es el último mandato de nuestro querido alcalde-presidente, por lo que a Emilio se le podría haber ocurrido...

Más de una vez se ha creído que Emilio Carreira estaba acabado, defenestrado, en las últimas y, sin embargo, ha resurgido y ahí está de nuevo, con más fuerza que nunca. Sus apariciones en público no dejan a nadie indiferente; manda golpes directos a sus rivales, una y otra vez, como si fuese la mismísima reencarnación de Mohamed Alí.

El sarcasmo y la ironía son las armas que más le gusta utilizar y simplemente con eso noquea a sus contrincantes políticos. Tendrá que ser osado o inconsciente quien se ponga en su camino, a su distancia; pues de un sólo irónico-sarcástico golpe puede acabar con el rival, pues temible es, e invencible parece.

Por otro lado, hay quien opina que su excesivo narcisismo y la prepotencia a raudales acabarán con él, o sea él solo. Y más ahora que se ha vuelto insultón, como su jefe.

Sus últimas apariciones, sus intervenciones son un suicidio político de primera magnitud que, en otras circunstancias, al consejero Emilio le hubiera pasado factura, dejándolo fuera de la arena política, con el agradecimiento por los inestimables servicios prestados a la causa.

Pero no puede ser, a nadie que sea poseedor de una de las 13 llaves se le podrá tocar ni un pelo. Así reza. Quien lo haga, sufrirá una terrible maldición de por vida.