Delegación y Ciudad disputan sin ninguna vergüenza sobre quién lo hace peor, dando un espectáculo público bochornoso

Asistimos abochornados al penoso espectáculo que están ofreciendo Delegación del Gobierno y el actual Gobierno de la Ciudad tirándose los trastos a la cabeza, enredados en una discusión en la que tratan de demostrar que “el otro” lo hace peor.

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photo_camera Colas en la NAcional 352 (C.A.)

El pasado 10 de julio, Delegación del Gobierno y Ciudad Autónoma se reunieron en el marco del Plan Provincial de la Operación Paso del Estrecho 2018 para establecer medidas conjuntas al respecto. Poco ha durado esta coordinación: tras un caótico fin de semana con colas de vehículos que llegaron hasta las Puertas del Campo e interminables horas de espera que obligaron a intervenir a la Cruz Roja, unos y otros se culpan públicamente del desastre organizativo.

El asalto masivo a la valla fronteriza primero y el gran atasco de este pasado fin de semana, ha desatado las hostilidades entre ambas instituciones en las que ha llegado a intervenir, para enconarlas aún más, el propio Partido Popular ceutí.

Tras las iniciales proclamas de lealtad institucional, ha estallado un impresentable espectáculo propio del bipartidismo en el que el “tú más” y el “tú peor” son los únicos argumentos usados por ambas partes.

Ni Delegación ni el Gobierno de la Ciudad son conscientes de sus obligaciones respecto a los ciudadanos, únicas víctimas de sus disputas e incompetencia.

Con el colapso durante el fin de semana de la carretera nacional que lleva a la frontera, hemos tenido buena parte de la ciudad bloqueada, ceutíes que regresaban de la feria no podían llegar hasta sus casas, trabajadores y usuarios no podían acceder al Hospital y quienes viven al lado de estas vías han tenido que soportar día y noche el concierto de bocinazos de los conductores desesperados. Y a numerosos visitantes y turistas les hemos dado motivos para no regresar.

A todos ellos nadie les ha pedido disculpas. Ni unos ni otros.

Lo que esperan los ciudadanos de sus administraciones públicas es responsabilidad, servicios de calidad y soluciones y no actitudes infantiles y peleas de patio de vecinos. Parece que salvar las siglas políticas es el único objetivo mientras asistimos a un espectáculo que sólo nos produce bochorno.   

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