La Delegación del Gobierno planea reordenar los servicios de seguridad privada que presta la empresa Eulen en el complejo fronterizo de El Tarajal. La nueva situación generada por la suspensión desde hace dos meses del tráfico de mercancías ha llevado a las autoridades españolas a plantear el traslado de los vigilantes de Eulen al paso de El Tarajal I con funciones muy similares a las que desarrollan en el acceso peatonal de El Tarajal II.
La medida, sin embargo, está pendiente de que el Ministerio de Hacienda traslade de manera oficial a la Ciudad el aval por 7,2 millones de euros con el que se garantizará el ingreso de los fondos que las arcas municipales dejarán de percibir por la expiración de dos convenios de colaboración. Uno de estos convenios es el que financia los servicios que el Ayuntamiento presta en el entorno fronterizo.
La intención sería la de reforzar los controles que ya practican las fuerzas de seguridad del Estado en la frontera ante las aglomeraciones registradas en las últimas semanas en el acceso principal al país vecino, provocadas por el cierre al paso de mercancías decretado por Marruecos.
La incertidumbre en torno al futuro del porteo transfronterizo ha cambiado de la noche a la mañana los planteamientos de la Delegación del Gobierno. Pese a algún gesto de las autoridades marroquíes, que han llegado a sugerir que el tráfico de mercancías podría retomarse a mediados de enero, lo cierto es que las infraestructuras del paso peatonal de El Tarajal II, ideadas para canalizar el paso diario de miles de porteadores hacia el polígono comercial, se mantienen inutilizadas desde hace dos meses.
Ante esta situación, las autoridades españolas han resuelto reordenar los recursos disponibles en la frontera a la espera de un cambio en la decisión de Rabat de cerrar su territorio a la entrada de mercancías procedentes de Ceuta.
