las acciones para superar la delicada situación del sector no arrojan resultados

Los empresarios, ante la crisis del comercio en Ceuta

Las acciones de las organizaciones empresariales para rescatar de su situación crítica al comercio local no parecen haber estado a la altura del reto. Según el último dato oficial, las ventas en el sector cayeron un 0,7% en un año. 

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photo_camera Clientes, en el interior de un establecimiento comercial (C.A./ARCHIVO)

Las acciones promovidas por las organizaciones empresariales para revitalizar el comercio local no parecen estar a la altura de la crítica situación que atraviesa el sector. El último dato oficial sobre la evolución del comercio minorista –aportado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y referido al pasado mes de abril- resulta tan desesperanzador como significativo: la evolución de las ventas del sector en Ceuta habrían caído un 0,7% en un año.

Este dato marca una tendencia opuesta a la registrada en la mayoría de las comunidades autónomas españolas. Sólo Murcia, Valencia, Cataluña, Cantabria y Castilla-León vieron descender sus ventas entre abril de 2017 y el mismo mes de 2018.

La última iniciativa auspiciada por la Cámara de Comercio para insuflar aliento al decaído sector comercial ha sido la organización de un denominado “plan de dinamización” cuya naturaleza y vigencia no parecen muy ambiciosas. La iniciativa se inaugurará el próximo martes 19 y se prolongará hasta el viernes 22 y se limitará a organizar en las calles del centro actuaciones musicales, pasacalles, sorteos e idear ofertas para los clientes.

Las buenas intenciones de la Cámara de Comercio no parecen arrojar resultados. A finales del pasado año, la institución promovió la campaña “Yo creo, compro en Ceuta”, un llamamiento de auxilio lanzado a la población para incentivar el hábito de consumir en los establecimientos comerciales de la ciudad. Esta petición de ayuda se planteó ante una evidencia que cada mes que transcurre se hace más nítida: las dudas que se ciernen sobre las 1.392 empresas del sector sobre su viabilidad. Un problema cuya dimensión cabe ponderar atendiendo a los más de 6.000 puestos de trabajo que el sector general en la ciudad.

Las reflexiones sobre la crisis que atraviesa el sector obligan a orientar la mirada hacia la frontera marroquí. Las llamadas a preservar la clientela procedente del país vecino se ha convertido ya en un tópico, lo cual no resta valor a la contribución que los consumidores marroquíes hacen a la supervivencia del comercio local.

La Cámara de Comercio, junto a la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), inició el año pasado una campaña reivindicativa en alianza con los sindicatos CCOO y UGT. La idea era la de reclamar a las autoridades medidas que garantizasen un funcionamiento fluido de la frontera. La pretensión es que El Tarajal, con sus continuos colapsos, no se convierta en un factor disuasorio para la llegada de clientes a la ciudad procedentes de Marruecos.

Esta voluntad de reivindicación se plasmó en sucesivas manifestaciones que, aun cuando registraron una participación superior a la habitual en este tipo de convocatorias, no han surtido hasta la fecha el efecto deseado. La presión a las autoridades no ha resultado lo suficientemente efectiva como para que éstas se den por aludidas.

Además, muchos empresarios han comenzado a recelar de esta alianza de conveniencia con los sindicatos. Esta desconfianza ya se ha evidenciado en el seno de la CECE. En lo que respecta a la Cámara de Comercio, su presidente ni siquiera participó en la última manifestación.

Mientras, y atendiendo a lo que se antoja irresoluble situación de la frontera, no sólo el comercio camina sobre el alambre: la economía de la ciudad también se tambalea. Para entenderlo, sólo hay que recurrir a un dato ofrecido por las propias organizaciones empresariales: el comercio representa el 37% de toda la actividad económica de la ciudad.