Mientras la incertidumbre sobre el futuro del transporte de mercancías a través de la frontera se mantiene, las autoridades españolas han decidido hoy relajar los estrictos controles establecidos la pasada semana en El Tarajal II.
La Delegación del Gobierno ha ordenado aliviar las exigencias impuestas desde el pasado martes a los transeúntes para entrar en la ciudad. La medida se adopta ante la disminución de la presión al otro lado de la frontera.
El día a día en la frontera no hace perder de vista el destino que aguarda al porteo. El “comercio atípico”, la singular denominación que se forjó hace años para referirse al contrabando tolerado a través de la frontera, parece tener los días contados.
“Hay dos opciones: seguir conviviendo con este fenómeno con todo el daño que genera a nuestra economía, como así lo hemos hecho durante años, y destruir empleo en casa, o afirmar que el contrabando es una infracción, y pararlo”, aseguraba la pasada semana el director general de Aduanas de Marruecos, Nabyl Lakhdar, en unas declaraciones recogidas en el diario "El Confidencial". La decisión del país vecino de acabar con el porteo parece ya firme. La Delegación del Gobierno ha desmentido algunas informaciones periodísticas aludían a una comunicación oficial del propio Lakhdar a la representación de las autoridades estatales en Ceuta dando por enterrado el tráfico de mercancías a través de la frontera. Según fuentes de la Delegación, esa comunicación no ha existido.
Pese al desmentido, parece razonable creer que la Delegación ya está al día de las intenciones de Marruecos. Las autoridades del país vecino estiman que las exportaciones desde Ceuta rondan un volumen que puede cifrarse entre los 500 y los 700 millones de euros.
