Opinión

Être. Ser y Estar

Tan simple como este verbo en francés. Ser y estar en francés lo define esta sola palabra y verbo, pero a mucha gente la conjugación de este verbo se le suele hacer muy difícil, normalmente ni la conocen y por supuesto, menos la practican.

Tan simple como este verbo en francés. Ser y estar en francés lo define esta sola palabra y verbo, pero a mucha gente la conjugación de este verbo se le suele hacer muy difícil, normalmente ni la conocen y por supuesto, menos la practican.

Existe otro verbo en francés que también recoge una doble traducción, y no es otro que, Avoir, traducido como haber y tener. Una vez iniciados los estudios de Bachillerato en nuestra ciudad, mi profesora de francés en primero nos explicó que el correcto conocimiento y utilización de estos verbos y añadiendo a ellos el Aller (ir) nos abriría muchas puertas al conocimiento del idioma al que nos íbamos a enfrentar como asignatura.

Los grandes lingüistas o investigadores de idiomas dicen, y aseveran, que el francés es el idioma eterno del amor; el italiano, el romántico por excelencias; el alemán, el más rudo; el inglés, el de la música por antonomasia y el español, el apasionado. José Antonio de Urbina, mi referencia en las buenas normas sociales, dice, que la fórmula magistral de la vida es: saber ser + saber estar + saber funcionar = Saber vivir.

Esta larga introducción viene con el fin de recordar a muchos de nuestros representantes políticos, económicos, sociales y otros, saber utilizar ese verbo tan sencillo, que recoge dos conceptos tan importantes, y que, a muchos se les ha olvidado. A unos en un escaso tiempo y a otros quizás por su eterna permanencia en el cargo.

En este artículo quiero hacer un recorrido y sobre todo recordar a nuestros representantes anteriormente mencionados que existen conceptos que me gustaría que se aplicaran y no son otros que el talante; la simpatía; el tacto; el sentido de humor y el ingenio y que echaran a un lado el de la impertinencia. Pasando a desgranar los conceptos o cualidades, existe otro muy importante, es la naturalidad y consiste sencillamente en una lectura filosófica. Que el YO que uno es, sea lo más parecido al YO que creen ver los demás.

El talante es el modo de ser, de expresarse, de actuar y de comportarse ante los demás y con los demás. La simpatía, modo de ser y carácter de una persona que la hacen atractiva y agradable. El tacto, la sensibilidad de la persona para no molestar, es decir para no “jorobar o joder” al prójimo y este último concepto tiene su antónimo que es fácil de detectar, la impertinencia es justamente lo contrario del tacto. Existen impertinentes que son porque lo quieren ser. La impertinencia es la hija de la negativa vanidad y nieta de la soberbia, y por último el sentido de humor consiste en la capacidad de ciertas personas de reírse de uno mismo.

Tras haber hecho un pequeño recorrido por este mi nuevo artículo, que bien podría ser primera lección de un curso de imagen o de buenas maneras, me limito a enviar un mensaje a todos aquellos que de una u otra forma o manera, se supone que son nuestros representantes o representadores de la sociedad que nos ocupa, que no sólo sientan durante estas fechas ser o intenten cambiar su estilo, sino que durante todo el año sean naturales, con talante y simpatía, que el tacto y el buen sentido del humor les acompañe y que consulten con Amgevicesa y les cedan una plaza para aparcar la impertinencia.

A los que nos gobiernan, que se esfuercen en conseguir lo más parecido a poder alcanzar un estado de bienestar y a la oposición que cada vez que denuncien, que por favor aporten algo más que una foto en los medios de comunicación, y si denuncia que expongan claramente el porqué y, lo que ofrecen como solución alternativa para que mis dudas se me aclaren. Que cuando paseen por estas nuestras calles, no echen manos a su “celular” y reciban llamadas inexistentes con el fin de obviar un saludo, una sonrisa o un gesto que los lleve a la realidad y piensen y sepan que están ahí porque otros les pusieron.

Sería injusto meter a todos en el mismo catálogo (en estas fechas son muchos los buzoneados, ofreciéndonos los mejores productos y oportunidades), pero no voy a señalar a nadie ni es mi intención, Dios me libre de ello. Y que conste que lo escribo SIN ACRITUD.

Reflexión: Cuando un tonto pasmao coge la linde, la linde acaba, pero el tonto sigue. Cuando al tonto da por hilar, poco es todo el cáñamo del cañamar. No sabo, no sabo – dice el tonto-, pero mete el nabo.