Opinión

Gaviota. Gaviotas

No quiero empezar este mi ni nuevo artículo siendo interpretado como que voy a hablar (escribir en este caso) del Partido Popular.

Sebas Fernandez

No quiero empezar este mi ni nuevo artículo siendo interpretado como que voy a hablar (escribir en este caso) del Partido Popular.

Es verdad que el autor del logo, Fernando Martínez Vidal lleva 26 años repitiendo que no se trata de una gaviota, sino de un charrán, que incluso se llevó a debate en el XVII Congreso Nacional y se identificó como “El logo de la formación es un charrán, comúnmente conocido por todos como gaviota”.

Es decir, entre pájaros anda el juego, entre los que estaban y están y que eran o son, pájaros de mal agüero. La definición de gaviota que entre otras cosas decía el autor del logo, aunque si nos dirigimos al diccionario la palabra charrán la define como, pillo tunante, aquí sin sorna política ojo, pero en general es un pájaro marino que cada año migra a través del mundo buscando zonas templadas.

Hasta aquí un poco de ironía y definición de gaviota, pero a renglón seguido me voy a referir a las que diariamente nos afectan de manera directa, esas gaviotas que no nos dejan de conciliar el sueño, se apoderan de áticos y azoteas, atacan a palomas, gatos, etc.

En septiembre de 2010, pensé en una campaña publicitaria, siempre en el área de publicidad institucional, que como solía hacer pedí el diseño de la misma (sin coste adicional) a Quique Rodríguez y el guión era mío, y en dicha campaña solicitaba entre otras cosas la colaboración ciudadana con el siguiente texto: Dice la tradición, Paloma: Paz y Libertad; Gaviota: Armonía, a renglón seguido se exponían los perjuicios que ocasionaban y las recomendaciones para intentar reducir su reproducción.

Finalizaba dicho texto – guión con un llamamiento que les indicaba…. Vive la realidad, no las alimente. Tu comida no ayuda. Esta campaña nunca se llegó a publicitar, existió un poco de miedo?, quizás por como subtitulé la misma…. RATAS DEL AIRE.

Y todo esto ¿a cuento de qué? Sencillamente no porque no nos dejen dormir, sino por lo que dice la directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anepla), Milagros Fernández de Lezeta, explica que las plagas de roedores e insectos están controladas desde el punto de vista técnico, pero las aves aún suponen un desafío. Entre otras razones, porque su enfoque requiere no de actuaciones únicas sino de un plan estratégico global, incluido el apoyo de la ciudadanía. Las aves son animales que despiertan por lo general sentimientos de cariño y se aprovechan del comportamiento de quienes les dan de comer a diario. Desconocen que los restos de esta comida “también sirven para alimentar a cucarachas y ratas que salen de las alcantarillas” y que ayudan a que puedan producir cambios adaptativos en los hábitos alimentarios de las aves, añade la química.

Mi propuesta desde estas líneas y a quien corresponda les pido que se tomen las medidas oportunas, se evalúen las numerosas colonias de gaviotas existentes en nuestra ciudad, porque dudo que estén controladas viendo a diario las que se sitúan en las zonas de Muelle de Poniente, a la altura de las oficinas de los Prácticos, en la zona del terreno ganada al mar, en los almacenes situados en el Muelle Alfau con pescadores y un largo etc., y creo que va siendo hora de que pongamos fin a tanta gaviota, porque de los otros pájaros ya se encarga la justicia.

Ea, dicho quea.

Reflexión.

Pero, dígame, si usted no parece creerse nada de lo que estoy diciendo, aunque lo que yo digo va a misa ¿por qué este interés en el asunto? Sí, claro que hubo intromisiones. Y me las buscó el propio Leoncio Regúlez Pintos, mi apoderado, que era hombre del Secano de Castilla, gente algo agria, que, al final, además de cornudo, resultó un pajarraco de cuidado.

Alonso Zamora Vicente en “A traque barraque” (1972)