HALLADO EN UN PANTANO

Un hueso de mandíbula resucita un caso de hace 25 años

Virginia Guerrero y Manuela Torres tenía 13 y 16 años cuando desaparecieron el 23 de abril 1992. Ambas venían de una fiesta en Aguilar del Campoo haciendo autostop cuando les perdieron la pista. 25 años después, un hueso encontrado gracias a la sequía puede aportar datos sobre el conocido 'caso Alcàsser' de Palencia. 

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photo_camera Cartel de las desaparecidas en Reinosa (Cantabria)/ ESTRELLA DIGITAL

Estrella Digital

El pasado 12 de octubre un vecino del municipio cántabro de Compo de Yuso que paseaba por la orilla de un pantano del Ebro, seco prácticamente por la sequía, encontró el hueso de una mandíbula. La presencia de la Guardia Civil en el lugar hizo que se corriera la voz por todo el pueblo. Sin embargo, a muchos no les sorprendió el hallazgo ya que, hace unos años, en el mismo lugar, hubo un cementerio que se selló con las obras del embalse. Todo parecía que se iba a quedar en una mera anécdota hasta que el pasado jueves los forenses dieron a conocer los resultados del hueso encontrado: la mandíbula pertenece a una adolescente de entre 13 y 16 años fallecida hace 25 años. El pantano fue inaugurado en 1952. Es imposible que los restos procedan del cementerio. La Policía reabre el caso de Virginia y Manuela, desaparecidas en 1992. 

Desde que las pruebas forenses de la mandíbula confirmasen que ésta pertenecía a una adolescente de entre 13 y 16 años fallecida hace 25 años, en Aguilar de Campoo reina la expectación. Virginia Guerrero y Manuela Torres tendrían hoy 39 y 38 años. Oficialmente, ninguna está muerta; sin embargo, sus familias no saben nada de ellas desde hace más de 25 años. Ambas intentaban regresar desde Reinosa hasta Aguilar del Campo la tarde del 23 de abril de 1992 haciendo autostop. Nadie volvió a verlas. Los pocos testigos de la zona coincidían en la presencia de un Seat 127 blanco aunque en ningún momento pudieron comprobar la veracidad.

Las edades y el tiempo son, para muchos, demasiadas coincidencias. Aun así, el 'Diario de Burgos' asegura que nadie quiere adelantarse al resultado toxicológico. Mientras tanto, el caso, conocido como 'el caso Alcàsser' de Palencia debido a la gran similitud de los casos -las jóvenes desaparecieron haciendo autostop volviendo de fiesta, eran de la misma edad y la diferencia entre unas desapariciones y las otras, es tan solo de siete meses-, puede ser reabierto 20 años después. 

Elsa María Antón de la Calle, titular del Juzgado de Primera Instancia de Reinosa e instructora del caso desde el principio, fue la encargada de ordenar el análisis del resto encontrado en la orilla del embalse. El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) de Madrid será el encargado de analizar la mandíbula y de dar a conocer en los próximos días si el ADN concuerda con el de alguna de las dos jóvenes desaparecidas en 1992. Para ello, el instituto tendrá que cotejar el resultado con los almacenados en una base de datos en la que se encuentra el ADN de personas desaparecidas, entre ellos los de Virginia y Manuela. 

"Una vez tengamos el resultado toxicológico, valoraré si reabro la investigación", ha confirmado Elsa María Antón de la Calle a los medios de comunicación a lo largo de esta semana. A pesar de la posible importancia del hallazgo, la magistrada ha querido calmar a los vecinos y familiares de las jóvenes. "No va a ser nada fácil", explicaba tras asegurar que la mandíbula se encontraba en mal estado y que podría haber sido arrastrada por la corriente durante muchos años. La Guardia Civil de Cantabria se ha sumado a la opinión de Antón de la Calle y se ha limitado a pedir "prudencia". 

En caso de que el ADN coincida con el de Virginia o el de Manuela el caso será reabierto. El siguiente paso consistiría en volver a enviar buzos al pantano tal y como hicieron los investigadores en el momento de la desaparición. Por aquel entonces, no obtuvieron ningún resultado. 

La Población de Yuso se encuentra a 53 kilómetros de Aguilar de Campoo, el municipio en el que desaparecieron hace 25 años Virginia y Manuela, que fueron vistas por última vez a la salida de una discoteca del pueblo.