Interior y Exteriores contactan con Rabat para evitar el caos en el Paso del Estrecho

Las autoridades españolas temen que el tránsito por Ceuta de los vehículos canalizados por el Paso del Estrecho pueda agravar los colapsos fronterizos si no se toman medidas. Una actuación extrema, en caso de situación ingobernable, podría ser desviar el tráfico desde Algeciras a Tánger.

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photo_camera Una trabajadora del dispositivo Paso del Estrecho informa a un conductor/ CEDIDA/

Los ministerios del Interior y Asuntos Exteriores han desplegado una acción diplomática para persuadir a sus homólogos marroquíes de la necesidad de adoptar medidas que eviten situaciones de caos en la frontera durante la Operación Paso del Estrecho. Los antecedentes más recientes hacen recelar a las autoridades españolas de la capacidad del paso fronterizo ceutí para absorber el incremento de vehículos que, sobre todo en la fase de retorno del dispositivo, recibirá la ciudad.

Los problemas generados por la multiplicación del tráfico de coches dedicados al trasiego de mercancías de uno al otro lado de la frontera constituyen una advertencia sobre lo que puede llegar a suceder en las próximas semanas. Aun cuando el tránsito de los vehículos de los turistas marroquíes por la ciudad sólo alcanzará su máxima intensidad en la última semana de agosto y la primera de septiembre, la llegada de coches desde Algeciras en la fase de salida del dispositivo no puede despreciarse.

Algunas estimaciones cifran en torno a los 300 los vehículos que pueden llegar a desembarcar en el puerto ceutí en el transcurso de las próximas semanas. Si no se adoptan medidas para agilizar el paso a través de la frontera, este contingente puede agravar la situación de colapso que, ya sin su presencia, soporta la nacional 352 y el paso de El Tarajal.

Aun cuando constituye una medida extrema, no se descarta que, en el caso de una situación ingobernable, los vehículos comiencen a desviarse desde Algeciras al puerto de Tánger.

Las conversaciones que pretende abrir Madrid con Rabat coinciden en el tiempo con la preocupación de las autoridades españolas por la rigidez que, en ocasiones, ofrece la frontera marroquí al paso de los automóviles.

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