Trece de los actuales diputados no figuran en las listas de su partido a las municipales; uno más ocupa el último puesto

Náufragos en la Asamblea

Emilio Carreira, Adela Nieto, Néstor García, Nuria Miaja, Mayda Daoud, Reduan Mohamed y Widad Mohamed son algunos de los diputados elegidos en 2015 que han sido excluidos de las listas electorales de sus partidos. 

El popular Albiñana departe con Redua Mohamed y Widad Mohamed. Ninguno repetirá como diputado (C.A./ARCHIVO)
photo_camera El popular Albiñana departe con Redua Mohamed y Widad Mohamed. Ninguno repetirá como diputado (C.A./ARCHIVO)

El plenario de la Asamblea celebraba este miércoles su última reunión de la legislatura. Cualquiera de los once diputados que figuran en puestos de salida en las candidaturas de sus respectivos partidos a las municipales encontraba ante sus ojos un panorama desolador, similar al de un naufragio célebre. Una mostrenca aplicación de las leyes darwinianas obligaba a estos afortunados a compartir sesión con quienes, menos hábiles, más incapaces de adaptarse a un entorno hostil, habían desaparecido de las listas electorales.

Acomodados en sus confortables botes salvavidas, diputados como Mabel Deu, Manuel Hernández o Fátima Hamed observaban como muchos de sus compañeros de corporación tiritaban desangelados en las gélidas aguas de la irrelevancia. Allá podían contemplar cómo los populares Abdelhakim Abdesalam Al-Lal, Francisco Albiñana o Fátima Mohamed, entre otros, aceptaban su suerte mientras que, simulando una baliza, el mismo brazo erguido que elevaron tantas veces para votar vaya usted a saber qué iba desapareciendo, lentamente, con ellos debajo, engullido por un mar inmisericorde.

Trece de los miembros de la corporación salida de las elecciones de 2015 no concurren como candidatos a las próximas municipales, y uno figura en el último puesto de la lista de su partido. Son las víctimas de un naufragio que se ha cebado con el camarote ocupado por el Partido Popular.

Ilustres como los veteranos Emilio Carreira o Adela Nieto o la hasta ahora incombustible vicepresidenta Rocío Salcedo han comprobado cómo el agua podía llegarles mucho más arriba del cuello. Quienes fueran fichajes de relumbrón para seducir al electorado en 2015 ven pasar ante sus ojos su breve vida política, como el moribundo que persuadido de la proximidad del fin evoca vertiginosamente toda su existencia: el abogado Néstor García, el sanitario Jacob Hachuel, el empresario Fernando Ramos.

La fuerza de las aguas también ha arrasado los aposentos del PSOE. Las críticas Nuria Miaja y Mayda Daoud fueron obviadas en el reparto de chalecos salvavidas, los mismos que sus compañeros de escaño Manuel Hernández y José María Mas lucen orgullosos en los mitines. Miaja y Daoud mostraron públicamente en su día su distanciamiento de la línea política emprendida en el partido por Hernández, secretario general de los socialistas y cabeza de lista a las municipales. Una actitud que acabó por condenarlas.

Esta tragedia náutico-política encuentra un interesantísima subtrama -una de esas que se resuelve en el último tercio de la película- en la protagonizada por el grupo municipal de MDyC. A mediados de legislatura trascendía que Reduan Mohamed y Widad Mohamed, dos de los tres miembros del grupo, habían abandonado la ejecutiva del partido por sus discrepancias con Fátima Hamed, portavoz de los localistas en el pleno de la Asamblea. Los dos diputados mantuvieron, sin embargo, una impecable discreción que Reduan Mohamed rompía esta semana. En un escrito difundido a través de las redes sociales, Mohamed manifestaba públicamente todo lo que había estado callando. “No pensábamos intervenir en este circo que tenéis montado, ni lo vamos a hacer, pero tampoco pensamos permitir que os sigáis riendo de la gente con vuestras mentiras”, advertía el diputado en un mensaje dirigido a la candidata Hamed y su círculo.

Mientras bogaba plácida con el fresco viento nocturno favorable, Hamed respondía: “Este partido lo integran personas sencillas que no buscan un boquete ni medrar a través de la política”.

Tras los gritos desesperados y el quejumbroso crujido del barco que se precipita hacia los fondos abisales, todo ha quedado en silencio. Al menos hasta el día 26.