ni pp ni ciudadanos han rechazado nunca alcanzar acuerdos con vox

Los resultados en Andalucía alertan a los conservadores ceutíes de la llegada de la ultraderecha

Las formaciones políticas locales, particularmente la derecha representada por PP y Ciudadanos, observan con recelo los resultados de Vox en Andalucía ante el temor de que los ultraderechistas de Santiago Abascal acaben arrebatándoles parte de su electorado natural. 

El secretario general de Vox, Javier Ortega, (en el centro) durante un acto del partido en Ceuta (C.A./ARCHIVO)
photo_camera El secretario general de Vox, Javier Ortega, (en el centro) durante un acto del partido en Ceuta (C.A./ARCHIVO)

La fulgurante entrada del partido ultraderechista Vox en el Parlamento Andaluz ha alterado las cábalas de los dirigentes políticos que trabajan en las estrategias que seguirán los partidos de derecha e izquierda ante las próximas citas electorales. El lastre que supondrá para la derecha tradicional aceptar el regalo envenenado de los votos procedentes de la ultraderecha no parece suficiente argumento para disuadir a PP y Ciudadanos de dar carta de naturaleza los extremistas de Santiago Abascal.

Ante este panorama, las fuerzas locales elaboran cálculos sobre el peso que la formación verde tendrá en las próximas elecciones municipales. Ceuta, con un sólido electorado conservador si se ha de atender a los resultados electorales de los últimos tres lustros, se enfrenta a un nuevo escenario cuya configuración, sin duda, dependerá del éxito que los de Abascal obtengan en las urnas.

“Salvar a España” es el propósito que el secretario general de la formación, Javier Ortega, atribuyó a Vox durante un acto celebrado el pasado septiembre en las Murallas Reales. Los ramalazos anacrónicos de su discurso tienen, sin embargo, un público favorable en una ciudad habituada a depositar su confianza en el incombustible, al menos hasta ahora, Juan Vivas.

La amenaza de Vox se cierne sobre los populares. A poco más de cinco meses de las municipales, el PP de Ceuta continúa sin despejar las dudas sobre quién será su cabeza de lista, a la espera de que los estrategas de Génova resuelvan la cuestión. Buena parte del electorado natural de los populares no ve con malos ojos la irrupción de la ultraderecha en el escenario público, una alternativa a la que identifican con la mano dura que, a su juicio, los conservadores de Vivas no ejercen contra la migración o la inseguridad ciudadana. El PP observa el panorama con inquietud aunque con la confianza en que quienes son hoy adversarios pueden convertirse en socios estimables después de las elecciones. A pesar de todo.

Peor perspectiva se ofrece a la nueva derecha de Ciudadanos, sin un perfil público reconocible para el votante medio en la ciudad. Los de la formación naranja son conscientes de que esta carencia sólo podrá soslayarse si hallan un candidato carismático que, a lo que parece, no acaban de encontrar a pesar de llevar meses buscándolo.

Entre los partidos a los que suele adscribirse a la izquierda del espectro político, las inquietudes son distintas. Caballas, alanceado por la imputación que pesa sobre su líder, Mohamed Alí, en el proceso del Caso Emvicesa, busca sobrevivir en una liza en la que disputará votos a MDyC.

Mientras, el PSOE observa con estupor el hundimiento de sus compañeros andaluces. Y calculan que si estos resultados han podido darse en el feudo tradicional del socialismo, qué no podrá suceder en una circunscripción marcadamente conservadora como la ceutí.