Este sistema consiste en un sofisticado y sutil aparato electrónico que aumentaba la velocidad del taxímetro al accionarse un dispositivo mecánico que, a su vez, enviaba distintos impulsos electrónicos con capacidad para modificar y alterar el display del taxímetro del frontal del vehículo. De hecho, el taxímetro se alteraba de manera exponencial según el número de impulsos provocados por la mano del propio taxista.
En concreto, dos taxistas han sido puestos a disposición judicial. No se descartan nuevas actuaciones, al estar instruyéndose diligencias por un supuesto delito por alteración o manipulación de aparatos automáticos para alterar el precio de las cosas, sin descartar estafa u otras figuras.