un informe de cear advierte de la probable existencia de mujeres víctimas de trata

La limitación a la libre circulación hace que sólo el 11,6% de los residentes del CETI solicite asilo

Los aleatorios criterios utilizados por las autoridades españolas para dar el visto bueno a la salida de los migrantes hacia la Península retraen a los afectados a la hora de solicitar asilo. 

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photo_camera Migrantes subaharianos residentes en el CETI embarcan con destino a Algeciras (C.A./ARCHIVO)

Sólo el 11,6% de los residentes en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) solicitan asilo. Los migrantes se muestran renuentes a formalizar sus peticiones debido a que la condición de solicitante de asilo les impide abandonar Ceuta con destino a la Península.

Ésta es una de las conclusiones que el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) incluye en su informe “Los muros invisibles tras la frontera sur”. El documento explica cómo los criterios empleados por las autoridades españolas para  decidir los traslados de los migrantes a la Península no consideran la situación más o menos vulnerable de los afectados para establecer prioridades en la selección, promueven la discriminación según la nacionalidad y resultan “poco transparentes”. El hecho de que sólo se traslade a nacionales de países subsaharianos que no han solicitado asilo genera un agravio respecto a los migrantes asiáticos y argelinos que se traduce, tal y como ocurre en estos días en la Plaza de los Reyes, en protestas públicas promovidas por éstos para exigir su derecho a circular libremente por el país.

CEAR recuerda que desde 2010 los tribunales superiores de justicia de Madrid y Andalucía han dictado hasta 15 sentencias en las que se reconoce a los solicitantes de asilo su derecho a la libre criculación.

 

Situación del CETI

Según datos del Comité, hasta finales de octubre del pasado año el CETI había atendido a 1.966 personas, la mayoría de ellas procedentes de Guinea Conakry (41,6%), Camerún (19,8%) y Argelia (18,6%). El promedio de estancia en sus instalaciones se situó en 88 días. La capacidad de las dependencias, fijada en 512 plazas, llegó a superarse en un 222,8% a finales de febrero de 2017, momento en el que el centro llegó a albergar a 1.141 personas.

 

Trata de mujeres

El informe denuncia la dificultad que existe para determinar si las mujeres que llegan al CETI han sido víctimas de trata, debido fundamentalmente a la resistencia de las afectadas a reconocerlo. CEAR asegura que el sistema de protección para estas mujeres resulta ineficaz, lo que se evidencia en que no existen peticiones de asilo por este motivo ni se practican identificaciones policiales.

El documento alerta de la probabilidad de que gran parte de las mujeres que residen en el centro hayan podido ser víctimas de trata, algunas de las cuales pueden ser menores de edad.

 “La falta de seguridad y el control que se ejerce sobre ellas por las redes de trata provoca que las mujeres sean muy reacias a hablar y no quieran pedir asilo, además de que su solicitud ralentiza la salida de Ceuta”, advierte el documento. CEAR revela que la mayoría de estas migrantes pasan a la Península como extranjeras en situación irregular por lo que continúan expuestas a continuar bajo las redes de trata de personas.  

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