Las administraciones no dan con la tecla para erradicar un asunto que le desborda

Una solución para el problema de los migrantes en el Puerto

La muerte por atropello de un migrante en el dique de Poniente del Puerto de Ceuta el viernes de la semana pasada ha vuelto a poner en primer plano de la actualidad el problema de los migrantes en las instalaciones portuarias. El debate está servido y en el seno de la sociedad ceutí hay comentarios y opiniones para todos los gustos.

Tras la tragedia del pasado viernes una cosa ha quedado clara. El problema ha desbordado a las administraciones y también, como ha explicado el vicepresidente de la Asociación de Transportistas, Manuel Sánchez, a los efectivos destinados en el puerto, tanto de la Policía Portuaria como de la Guardia Civil, que se ven impotentes para contener a la cantidad de migrantes que se dan cita en las instalaciones, sobre todo cuando llega el barco que transporta la basura desde Ceuta hasta Algeciras.

Pero a nadie se le escapa que este problema no es nuevo. Ceuta, al igual que Melilla, lleva años sufriéndolo y nadie parece dar con la solución para atajarlo de una vez por todas. El portavoz del Gobierno, Jacob Hachuel, ya reconoció el lunes que el Gobierno estaba desbordado. El Ejecutivo entiende que el asunto es de tal dimensión que “Europa debería tomar cartas” en el mismo. Por su parte, la Delegación del Gobierno, sorprendentemente, no se ha pronunciado al respecto. Su titular, Nicolás Fernández Cucurull, ha hecho mutis por el foro hasta el momento y todo se le ha limitado al envío de una nota por parte de la Guardia Civil relatando lo sucedido.

En el mismo caso está la Autoridad Portuaria, que tampoco se ha pronunciado al respecto hasta la fecha. Curiosamente el suceso coincidió con la Convención que el Partido Popular celebró en Sevilla, y en el lugar de los hechos sólo estuvo el consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, que al ser preguntado por la ausencia de pronunciamientos por el resto de administraciones vino a decir que cada una toma sus decisiones.

La presión es tal, que el mismo día que la comitiva judicial estaba llevando a cabo la reconstrucción de los hechos, los migrantes, por otro lado, seguían saltando por las verjas para acceder a las instalaciones.

Al día siguiente y pese a la lluvia, la imagen se volvía a repetir y eran varios los grupos de migrantes que deambulaban por la zona reservada para carga y descarga de contenedores.

Esta es la verdadera realidad que se vive día a día en el Puerto de Ceuta, en el que diariamente deambulan según han confirmado varias fuentes, entre 80 y 100 migrantes, muchos de ellos mayores de edad. Todo ello al margen de los que se ubican en toda la zona de Cañonero Dato y alrededores.

El mayor problema estriba en conocer las edades de estos migrantes, puesto que en la mayoría de los casos no están valorados y es difícil, por tanto, conocer si son menores o no. El caso más flagrante fue lo sucedido el viernes pasado. Al principio todas las informaciones apuntaban a que la persona que había perdido la vida era un menor, aunque posteriormente y tras el testimonio de la familia se comprobó que ya había cumplido la mayoría de edad.

Este es un problema que afecta no sólo a las personas que tienen sus puestos de trabajos en las instalaciones portuarias, sino a todos los ceutíes, explica el vicepresidente de la Asociación de Transportistas, Manuel Sánchez, que ha dejado claro que el colectivo está dispuesto a parar la actividad cuando al realizar la misma se encuentren con migrantes que entorpezcan la misma.

Desde el sector no culpa a nadie de la situación, entendiendo que tanto los agentes de la Guardia Civil del resguardo fiscal y de la Policía Portuaria se ven impotente a la hora de contener a la cantidad de migrantes que se dan cita en las instalaciones y cuya única intención es la ocultarse en un barco, en un camión o en cualquier tipo de vehículo para pasar a la Península.

Los camioneros sólo piden soluciones a un problema que no les permite desarrollar su trabajo.

 

Un gran coste para las arcas públicas

En el caso de los Menores No Acompañados (Menas), el portavoz del Gobierno explicó que la Ciudad negocia con una oenegé de alto prestigio de cara a buscar soluciones al problema. La idea sería que esta organización se dedicara a atender sobre el terreno a los que, sobre todo, están incontrolados. Ello vendría a aumentar las partidas presupuestarias que tanto el Gobierno de la Nación y la Ciudad destina a este colectivo, que en palabras del portavoz del Gobierno de la Ciudad está en unos ocho millones de euros anuales. Dos son los que aporta el Ejecutivo Central.

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