Remitido

La trastienda del Gobierno ceutí

¿No le da vergüenza al señor Vivas embolsarse 90.475€ anuales mientras somos la ciudad con los porcentajes más altos de paro, precariedad laboral, fracaso y absentismo escolar? Lo que tiene que hacer señor alcalde, es soltar el sillón y retirarse con la poca decencia y dignidad, si es que aún le quedara.

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photo_camera Nabila Soliman (CEDIDA)

¿No le da vergüenza al señor Vivas embolsarse 90.475€ anuales mientras somos la ciudad con los porcentajes más altos de paro, precariedad laboral, fracaso y absentismo escolar? Lo que tiene que hacer señor alcalde, es soltar el sillón y retirarse con la poca decencia y dignidad, si es que aún le quedara.

Lo he dicho sistemática y periódicamente, lo que sucede en esta ciudad es surrealista, cuesta mucho singularizar entre la realidad, fascinación y fantasía.
18 años tomándonos el pelo, 6 legislaturas de mala gestión.

La ineptitud del Sr Vivas y su equipo de gobierno, ha provocado en la ciudad una quiebra económica y social monumental, cuyos efectos serán percibidos de alguna manera durante los próximos años. La megalomanía de este señor, alcalde de nuestra ciudad, “farsante parlanchín”, fue elevado al trono vitalicio de la ciudad por aduladores y entusiastas a sueldo en ese mercadillo de voluntades y vanidades en el que desafortunadamente Ceuta, se ha ido transformando durante estos 18 años.

Frente a él, las voces críticas son convenientemente silenciadas y censuradas como ocurre con algún que otro medio de comunicación local que por lealtad a su amo, quedan muy alejados de ser críticos con el poder. Cansados de estas redes clienterales, decisiones arbitrarias y sectarias, va siendo hora de que muchas cosas cambien en esta ciudad. Todo comienza y seguirá brotando, poquito a poco, como aquel virus ramificado, como un rizoma que se extiende horizontalmente por las calles que peatonalizó. Empezamos a conocer ahora la factura de toda esa bascosidad que inundó las cloacas de la ciudad, convenientemente oculta bajo la superficie o bajo las baldosas. Eso sucedió en la ciudad de las farolas y las esculturas, irreprochablemente limpia y pulida.

El tiempo es dueño de la razón y quizá ha llegado el momento del revisionismo, de abordar con lupa el legado del gabinismo, de impartir justicia (su entorno más próximo ya ha sido pasto de los banquillos), de rememorar las locuras de las presuntas reparticiones de viviendas de protección oficial. Asimismo, Sr Vivas, con todos mis respetos creo que debería subirse los pantalones, puesto que los lleva bajados desde la campaña electoral religiosa y la “última cena” con la que quedo patente a la vista de todos los ciudadanos españoles de Ceuta, “la repartición” en el parque marítimo de Ceuta. 

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