Opinión

Vaya paisaje

Ya estamos otra vez de nuevo en noviembre, tiempo de caza y castañas.

Ya estamos otra vez de nuevo en noviembre, tiempo de caza y castañas. Bueno, esto sería en la España de antes, porque actualmente la realidad se encuentra totalmente incomunicada con sus clases dirigentes, ya que en su cianotipia política, la caza y las castañas lo entienden de otra manera, porque también es tiempo de los buenos consejos de Satanás. Y conforme a estos consejos, ellas, las clases dirigentes, consideran que la caza solo significa eliminar políticamente al adversario y castañas las que se dan entre ellos, ya que solo ven el mundo y sus calles como necesarios instrumentos para alcanzar el poder, luego, son irrelevantes. De esta manera, y siguiendo ideologías simplistas, abandonan los programas realistas perdiéndose en incoherentes pensamientos políticos que no benefician más que a ellos. ¡Pero esto es así, porque con ellos avanzamos hacia una nueva tendencia mercantilista e individualista!

Y así tenemos, cómo en los artículos de la Constitución Española se establece taxativamente que España es una indivisible unidad territorial y que su forma política es la Monarquía parlamentaria. Pues bien, algunos políticos han decidido que no, que esto no es democrático, que lo democrático es la fragmentación del territorio nacional y que democracia solo es aquello que ellos dicen.

Con esta idea se saltaron la ley, el derecho y, saltándose lo que fuera necesario, declararon unilateralmente la independencia de su minúsculo terruño. Por ello, fueron detenidos o tuvieron que fugarse al extranjero, todo ello conforme a la ley que nos dimos, y esto está bien, aunque los interesados consideren que la única justicia democrática es la que imponen los jueces extranjeros, aun cuando estos sean solamente juzgados provinciales. Pero apoyándose en ellos, algunos políticos de forma partidista e interesada les están dando una absolución moral y jurídica para llegar a sus interesados acuerdos personales.

Respecto a la Monarquía Parlamentaria, otros deciden reprobar la figura del monarca e intentan imponer que en los ayuntamientos, donde ellos se encuentren, se proponga su reprobación. Pero olvidan que la idea de la monarquía es inherente a la idea que construyó la España actual. Monarquía, que nos permite tener las puertas abiertas y con honores en todos los países del mundo donde, gracias a su figura integradora, nos dan un trato favorable para nuestros intereses nacionales. ¡Qué lejos queda aquello de que el mejor alcalde el rey! Pero bueno, eso es lo que se intenta,  quebrar la Historia y empezar un orden nuevo con forma de república, y todo esto es porque de alguna manera muchos consideran que una república es simplemente un gobierno únicamente de izquierdas que nos llevara a una Arcadia feliz. Lo que ignoran es que muchos sabemos dónde está su república y la mayoría no queremos ir a ella.

Hasta aquí, solo un breve mención a la Constitución, pero es que hay mucho más. Por ejemplo, el traslado de los restos de Franco. Resulta que se decide sacarlos del Valle de los Caídos, ya que consideran inmoral que un dictador esté enterrado en dicho lugar. Lo simpático es que ahora están metidos en un fangal extraordinario, puesto que lo sacan de las afueras y van, y con un poco de suerte y de acuerdo con el derecho de propiedad, se abre la posibilidad de llevarlo al centro de Madrid. Vaya inteligencia política. Porque la Iglesia, a la que han querido meter en el berenjenal que han creado, les ha dicho que el problema es únicamente de ellos.

Luego están los propios presupuestos, donde hay partidas, partidas y partidas para regalar dinero a espuertas a todos sin explicar de dónde van a salir esos dineros. Lo malo es que como siempre será a base de subir los impuestos de los de siempre. ¡Nosotros, los irrelevantes! Pero ellos siguen prometiendo la Arcadia feliz donde solo habrá placer y abundancia para todos. Y mientras tanto, todos a callar, porque cualquier diferencia política o discrepancia con ellos se considerará inmediatamente como una herejía, ya que toda crítica a sus ideas la convierten en conspiración contra su poder y esto es un sacrilegio, que no tiene perdón en el orden nuevo que ellos proclaman.

Lo de las cloacas grabadas, alimentadas por autocoprófagos personajes que con técnicas simplistas y sin ofrecer verdaderamente nada han conseguido mucho de algunos gobernantes y de algunos más que conoceremos, hablaremos otro día. Pero el daño ya realizado es la sospecha absoluta sobre el trabajo de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad y esto no se lo merecen. Pero en fin, nuestros políticos a lo suyo y así están como en el dicho de los bomberos. ¡A no pisarnos la manguera!