Un vecino de la barriada Miramar Bajo sorprendió el pasado viernes de madrugada en el interior de su vivienda a un individuo que había entrado en el domicilio con el propósito de robar. Tras mantener un forcejeo, el intruso logró huir por la misma ventana por la que había conseguido acceder a la casa trepando por la fachada.
El hombre acababa de despertarse a las cinco de la mañana cuando decidió ir a la cocina para tomar un yogur. Pese a que junto al frigorífico advirtió la presencia de dos zapatillas, el propietario de la casa no se alarmó en la creencia de que se trataba de un sobrino que pretendía gastarle una broma.
Sentado en el salón, resolvió aguardar a que el joven se cansara del juego y desvelara su presencia en la casa. Sin embargo, y tras esperar unos minutos, decidió volver a la cocina. Allí descubrió escondido tras el electrodoméstico a un extraño con el que sostuvo una breve disputa. El ladrón consiguió zafarse del abrazo del propietario de la vivienda y saltar desde la ventana al techo de un vehículo todoterreno estacionado en la calle.
