La mujer de un paciente oncológico denuncia las demoras sucesivas en la aplicación de un tratamiento a su esposo, víctima de un carcinoma hepático

El vía crucis de un enfermo de cáncer

La mujer de un enfermo, que ya denunció en su día el retraso en la aplicación a su marido de un tratamiento médico, después descartado, asegura que su esposo espera desde hace dos semanas las pastillas que le fueron prescritas para tratar el carcinoma que padece. 

“No tenemos tiempo que perder”. Éste era el llamamiento que el pasado 30 de julio hacía Teresa Sánchez desde las páginas de Ceuta Actualidad a las autoridades sanitarias. La mujer denunciaba públicamente en aquellos días la demora en la dispensación a su marido Francisco Javier, a quien acababa de serle diagnosticado un carcinoma hepático, de un tratamiento denominado quimioembolización.

Tras aguardar varios días a que se tramitase el traslado del enfermo a Puerto Real, hospital donde se ofrece el tratamiento prescrito, y solo después de que Teresa denunciara la situación en distintos medios de comunicación, la dirección del Ingesa anunció que todo estaba listo para la evacuación y el comienzo de la terapia.

Desde entonces, sin embargo, las cosas han empeorado. Finalmente, y tras un nuevo informe médico, el tratamiento con quimioembolización quedó descartado. Teresa ahora denuncia que la terapia alternativa prescrita por la oncóloga que ha comenzado a tratar a su esposo tampoco está disponible. “Hace dos semanas le prescribieron unas pastillas llamadas Sorafenib, pero todavía seguimos esperando a que nos las entreguen”, se lamenta la pareja del enfermo. El Sorafenib se usa para tratar el carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer de hígado que no se puede tratar con cirugía.

La mujer se queja de que, pese a la gravedad de su enfermedad, Francisco Javier sigue aguardando en su casa medicado tan solo con Nolotil y Heparina. Teresa explica que el argumento ofrecido por el director territorial del Ingesa, Jesús Lopera, para justificar el retraso en el acceso a la medicación, que le fue prescrita el pasado día 2, remite a cuestiones de protocolo.

Ante esta situación, la familia decidió presentar una reclamación en el servicio de Atención al Paciente. La esposa de Francisco Javier asegura que allí pudo oír como comentaban a la trabajadora que la atendió que el Hospital disponía de las pastillas prescritas a su marido, pero que estaban caducadas. “Ahora tenemos que esperar a que nos llamen para confirmarnos que las pastillas están, algo que nos han dicho que ocurrirá el lunes: mientras, mi marido sigue en casa pasándolo mal”, lamenta Teresa.

La familia critica que una cuestión de protocolo mantenga sin medicación a una persona que, como Francisco Javier, se encuentra gravemente enfermo.

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