Opinión

La vuelta al cole con polvorones

El mundo está loco. Si retiráis las cortinas del salón y miráis por la ventana mientras con la otra mano sostenéis el calendario del sindicato, algo falla. No puede ser que den ganas de bajarse a tomar una cañita al chiringuito a mediados de noviembre.

El mundo está loco. Si retiráis las cortinas del salón y miráis por la ventana mientras con la otra mano sostenéis el calendario del sindicato, algo falla. No puede ser que den ganas de bajarse a tomar una cañita al chiringuito a mediados de noviembre.

El tiempo está loco. Éste tiempo nos está volviendo locos. Se va a producir un Big Bang interno en cada uno de nosotros. Buen tiempo, rebequita de entretiempo y polvorones. Este combo se va a producir en los próximos días si no hay ya algún supermercado que haya cometido tal sacrilegio. Porque sí, porque cada año la Navidad empieza antes. Eso, unido al cambio climático hará que nos veamos todos en un cotillón de fin de año con camisas hawaianas (que no lean esto los de Lidl que sacan un palé entero y lo colocan al lado de las ollas de cuscús).

El polvorón temprano viene pero tarde se va. No sabemos muy bien cuándo es el momento idóneo para colocarlos de centro en el salón pero tampoco cuándo retirarlos. Lo normal es que no tengamos que llegar a tomar ninguna decisión salomónica, todos tenemos esa tía que en cada visita se los come a pares con el cafetito con leche.

Querido y amado polvorón, conocí tu verdadero potencial en mi viaje de estudios con el instituto. Debemos poner el nombre a una calle a ese ser humano que se dio cuenta de que podíamos financiar un viaje de adolescentes hormonados con un simple polvorón. Algo tan pequeño y tan difícil de digerir pero que me ayudó a conocer la otra punta de España. Ahí comprendí que el polvorón era atemporal, ver a una señora comprándome tres cajas me hizo reflexionar sobre si estaba siendo un mero espectador de una nueva burbuja en la economía española.

Es algo muy pequeño pero con gran valor. Imagino que quienes han debido dar buena cuenta de su valor son los políticos. Seguro que hay todo un mercado negro de polvorones. Me encantaría que alguna trama corrupta de nuestro país se hubiese financiado con los de Estepa, los más queridos por el populacho. Sería una trama más de cajitas que de sobres. Imagino a la Griso dando la noticia de la “Operación mantecado”.

Si llega el día en el que no sabes si merendar un polvorón o una torrija, igual es hora de meter los polvorones en la despensa, que una indigestión de polvorón sentado en carrera oficial está prohibido por la OMS y por el sentido común.

¿Cuándo desaparecen los polvorones de casa? No sé si dependerá de la tía cafetera o del infarto de miocardio. Pero de lo que estoy seguro si seguimos así, es de que llegará el día en el que los polvorones protagonicen el anuncio de ´La  vuelta al cole´ de El Corte Inglés.

@Andresdelmo