Opinión

Silencio

Uno de los más graves incendios registrados en el municipio durante los últimos años no ha merecido, hasta la mañana de hoy miércoles, ni una sola declaración pública de las principales autoridades de la ciudad. Los servicios de prensa de la Ciudad y de la Delegación del Gobierno confirmaban a primera hora que ni el delegado Fernández Cucurull ni el presidente Vivas tenían previsto comparecer públicamente para ofrecer detalles del incendio.

Uno de los más graves incendios registrados en el municipio durante los últimos años no ha merecido, hasta la mañana de hoy miércoles, ni una sola declaración pública de las principales autoridades de la ciudad. Los servicios de prensa de la Ciudad y de la Delegación del Gobierno confirmaban a primera hora que ni el delegado Fernández Cucurull ni el presidente Vivas tenían previsto comparecer públicamente para ofrecer detalles del incendio.

El silencio de las máximas autoridades locales ante una calamidad de estas dimensiones se antoja difícil de explicar. A la espera de que las investigaciones que ya han comenzado ofrezcan detalles precisos sobre las circunstancias y origen del incendio del Monte de la Tortuga, la opinión pública agradecería disponer de alguna información acerca de lo que ya ha sido corroborado, de los datos firmes que se manejan y, sobre todo, de las intenciones que albergan tanto la administración local como la central respecto a la exigencia de responsabilidades.

La propia Delegación del Gobierno apuntaba en la noche del lunes a unas prácticas de tiro desarrolladas por el ejército en la zona del siniestro como el origen más probable del incendio. Desde entonces no hemos oído nada más. La Delegación, al igual que la Ciudad, se resiste a avanzar señal alguna de hasta dónde alcanzará el listón de sus exigencias.

Los responsables de Defensa, entretanto, siguen fieles al tradicional mutismo de la institución.