Opinión

Son fachas

Hace semanas que las columnas de las Marchas de la Dignidad comenzaron a salir de sus destinos para llegar a Madrid el pasado Sábado día 21. Desde entonces no hay un solo medio, de los que enfocan su información - o su manipulación- a servir al sistema, que dé cumplidas noticias de ellas. Lo que todos hemos podido contemplar es que el sábado surgieron  en Madrid desde los cuatro puntos cardinales.

Hace semanas que las columnas de las Marchas de la Dignidad comenzaron a salir de sus destinos para llegar a Madrid el pasado Sábado día 21. Desde entonces no hay un solo medio, de los que enfocan su información - o su manipulación- a servir al sistema, que dé cumplidas noticias de ellas. Lo que todos hemos podido contemplar es que el sábado surgieron  en Madrid desde los cuatro puntos cardinales. Es significativo que los escasos periódicos regionales o provinciales que hablaban de ellas lo hagan casi siempre para dar cuenta de altercados o protestas de políticos del PP que, o prohibían el paso por sus pueblos, vulnerando el derecho constitucional de todo ciudadano a circular libremente por el territorio nacional, o hacen frente, llegando al insulto, a quienes marchan pacíficamente hacia la capital del Estado a mostrar su protesta contra un sistema injusto que está acabando con la dignidad y los derechos de todo un pueblo. 

Pero esto es lo de menos si a cuenta de los derechos de los ciudadanos son capaces de pasarnos por encima. Ellos van a seguir con su política del rodillo. Sí, el PP. Da miedo pensar que si a la gran mayoría de militantes activos del PP les dejaran hacer, aquí no dejarían a nadie siquiera ejercer la acción democrática de discrepar. Tomamos como ejemplo a nuestro delegado del Gobierno, que considera a los que no estuvimos de acuerdo con que la Guardia Civil usara material antidisturbios en los sucesos de El Tarajal del pasado año, como miserables. Igual que  la gran mayoría del ejército pepero que le siguen, que por decir que nadie es ilegal te catalogan de traidor a la patria así como por defender que las fronteras no tienen que ser puntos de violación de los derechos fundamentales de las personas. No se dan cuenta que son sus gobiernos los que  con sus políticas han llenado de miserables nuestras calles, miserables con DNI.

Con ese ideario les gustaría que  aquí en este país volviéramos a la oscuridad absoluta. Los discursos patrióticos que abanderan son meras cortinas de humo. La gran obra de la derecha más rancia consiste en repartirse los beneficios que el poder le otorga utilizando la posible “descomposición” del estado, sostienen una persecución a los que quieren decidir su futuro, aunque sea por mediación de las urnas, como arma arrojadiza cuando se trata de defender estos privilegios. Para ellos la democracia es la continuación del régimen que durante 40 años tuvo a este pueblo masacrado, no solo por las violentas manifestaciones de represión ejercidas hacía el, sino por el ahogo social y humanitario que promulgaron durante esa larga carrera de la dictadura.

¿Nadie piensa que éstos son los referentes de aquellos otros? Pues sí. La señora Cifuentes en la capital del estado (delegada de los antidisturbios) es un ejemplo de esa nueva clase de políticos de derechas formados en la democracia, pero con vena facha, que esta aquí para recordarnos que los que mandaban antes nunca se han ido. La famosa frase de “la concordia y el perdón es lo que tenemos que tener en cuenta”, vertida desde la misma Casa Real, demuestra el inmovilismo en las altas esferas del estado, que no tienen ni tendrán en su agenda los problemas que verdaderamente hay que priorizar para el bienestar de los ciudadanos.

Es hora ya de avanzar hacia una verdadera democracia, donde en la medida de lo posible, seamos dueños de nuestros propios destinos, que la sociedad civil pueda coronarse como defensora de los derechos de todos y que la corrupción, la desigualdad y las malas artes en política sean exterminadas para siempre de los espacios comunes y nuestras vidas. Es necesario formar frente común contra esos que bajo el amparo democrático sustentan políticas tan antisociales como la de echar a un ciudadano de su casa por no poder pagar la hipoteca, no ayudar a los que enferman a tener las medicaciones suficientes para tratar sus dolencias y,  sin embargo, se sirven de  actuar con mucha rapidez para salvar entidades bancarias de la gestión delictiva y estafadora que han impulsado sus propias formas de hacer políticas. No tengo la menor duda y aunque ellos lo nieguen, los del PP son fachas.