Opinión

El comunicado

El Instituto de Gestión Sanitaria hace gala de una mandíbula frágil. Las críticas de los médicos ceutíes a la gestión de la sanidad pública han obtenido la respuesta airada de los responsables de la institución. Quizás demasiado airada.

El Instituto de Gestión Sanitaria hace gala de una mandíbula frágil. Las críticas de los médicos ceutíes a la gestión de la sanidad pública han obtenido la respuesta airada de los responsables de la institución. Quizás demasiado airada.

El Colegio y el Sindicato de médicos de Ceuta coincidieron este miércoles en reiterar algunas reivindicaciones de la profesión que, en todo caso, no son nuevas. Las carencias en las plantillas, la falta de recursos para atraer a nuevos médicos y mantenerles fieles a la sanidad ceutí o los reproches dirigidos a la gestión de los responsables públicos fueron algunas de las censuras esgrimidas.

Los argumentos de los médicos bastaron para que el Ingesa considerarse oportuno y necesario remitir un comunicado público en el que afeaba a los profesionales su actitud reivindicativa. Literalmente, las autoridades sanitarias recomendaban a los médicos que, en lugar de plantear sus objecioness, propusieran “ideas innovadoras”.

El tenor del comunicado del Ingesa revela el talante de sus autores. Quienes formulan estas denuncias son trabajadores esenciales en el sistema de bienestar que el Estado está obligado a mantener para el servicio a sus ciudadanos. Y ante ello, a los responsables de la sanidad pública ceutí no se les ocurre otra cosa que cuestionar el derecho de sus médicos a expresarse y a ofrecer su visión acerca de la calidad de la asistencia que se ofrece a los ciudadanos.

Si ésta es la actitud, uno se siente inclinado a colocarse del lado de los médicos.