La manifestación organizada por “Ceuta insegura” este domingo ha constituido un éxito incontestable. La movilización es una expresión del hartazgo que ha prendido en un sector nada desdeñable de la población. Mucha gente en la ciudad cree sinceramente que sus calles son inseguras.
La movilización demuestra la capacidad de agitación que pueden llegar tener las redes sociales. Tanta gente en la calle no es un espectáculo frecuente en Ceuta.
“Ceuta insegura” es un estado de opinión, pero también otras cosas. En primer lugar, puede llegar a ser una amenaza para el PP como formación hegemónica en la ciudad. Y, más allá, y de no cambiar las cosas, no puede descartarse que se convierta en la semilla de un movimiento populista cuya repercusión podría tener un alcance disolvente en la vida política local.
La plataforma continúa subida en la ola del éxito. Su demanda de mayor seguridad para los ciudadanos puede ser compartida por cualquiera. Sin embargo, su tendencia a procurar estrafalarios análisis sociales en los que la delincuencia y la inmigración son fenómenos adyacentes resulta muy preocupante. Veamos qué sucede.
