Opinión

El plan

Los empresarios ceutíes se han quejado de que el paquete de medidas acordado por los gobiernos central y local se haya fraguado sin intervención ni conocimiento de los agentes económicos y sociales perjudicados por la secular situación de caos que se vive en el entorno fronterizo. El malestar de la patronal no parece injustificado.

Los empresarios ceutíes se han quejado de que el paquete de medidas acordado por los gobiernos central y local se haya fraguado sin intervención ni conocimiento de los agentes económicos y sociales perjudicados por la secular situación de caos que se vive en el entorno fronterizo. El malestar de la patronal no parece injustificado.

Una nota de prensa sin demasiadas precisiones fue el medio elegido por la Delegación de Gobierno para hacer pública la apertura el próximo abril de El Tarajal II. Veinticuatro horas más tarde, y utilizando el mismo expediente, la Ciudad detallaba las medidas acordadas con la Administración central para la reordenación del espacio fronterizo.

Extraña la discreción con la que las autoridades se han conducido a la hora de pactar una actuación decidida contra un estado de cosas que sitúa la frontera de Ceuta muy alejada de los estándares que se supone ha de observar una infraestructura de este carácter en territorio de la Unión Europea. Una actuación muy esperada que, cuando finalmente se impulsa, se presenta con un perfil muy bajo, casi con desidia de burócrata.

Resulta curioso.