Opinión

Porteadores

Los polígonos de El Tarajal presentaban este lunes otra cara. La apertura del nuevo paso fronterizo, concebido para racionalizar el tránsito de los porteadores, ha resultado absolutamente satisfactoria en su primera jornada de funcionamiento.

Los polígonos de El Tarajal presentaban este lunes otra cara. La apertura del nuevo paso fronterizo, concebido para racionalizar el tránsito de los porteadores, ha resultado absolutamente satisfactoria en su primera jornada de funcionamiento.

El acceso de El Tarajal II, cuya apertura ha sido postergada en un sinfín de ocasiones, parece haber cumplido con su objetivo durante las cinco horas que ha permanecido abierto durante la mañana de este lunes. Una vasta presencia policial, la colaboración de los porteadores y la impecable organización de un dispositivo cuya ejecución se antojaba compleja han permitido que, con todas las prevenciones acerca de lo que pueda suceder en un futuro, los empeños de las autoridades españolas y marroquíes se hayan saldado con éxito.

La continuidad de la eficacia demostrada este lunes por el nuevo sistema de canalización de los flujos de los transeúntes dependerá, sin embargo, de algunos factores cuya influencia sólo el tiempo podrá precisar.

Habrá que conocer si la Delegación de Gobierno podrá seguir contando con la disponibilidad ofrecida durante esta jornada inaugural por los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional. Su concurso resulta indispensable para el buen funcionamiento de la nueva infraestructura creada en torno a El Tarajal II.

De otro lado, está la actitud que adoptarán los denominados “plantos”, aquellos que han venido utilizando desde hace años el floreciente negocio del calificado “comercio atípico” para aprovecharse de las necesidades de los porteadores en beneficio propio. Ya este lunes han intentado promover, sin éxito, un boicot a las nuevas reglas impuestas para el paso de uno a otro lado de la frontera.

Todo está por ver. Pero a juzgar por los resultados de esta primera experiencia, cabe albergar esperanzas de que las condiciones de trabajo de los porteadores experimenten sensibles mejoras.