Opinión

El desdén

Se equivoca el gobierno marroquí si cree que de este modo va a quebrar la voluntad de los ceutíes.

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Marruecos sigue apretando a Ceuta. Ahora ya no es el bloqueo del comercio y del tránsito de personas, es un paso más: la interrupción unilateral de la entrada de pescado procedente de Marruecos. ¿La intención? Posiblemente dañar nuestro sector turístico y forzar el encarecimiento del precio para los ceutíes. Pero cualquiera sabe. En todo caso es otra vuelta de tuerca.

Se equivoca el gobierno marroquí si cree que de este modo va a quebrar la voluntad de los ceutíes. Ceuta es capaz de reinventarse cada cierto tiempo, pero con estos modos el sentimiento de Ceuta hacia Marruecos irá creciendo en términos de indiferencia. Ceuta es parte esencial de España y puede superar cualquier crisis porque está integrada de en una gran democracia y en una gran nación, la española. Pero cada cual se equivoque como quiere.

Dicho esto, cabe destacar que dos ministros españoles han visitado Marruecos recientemente: la ministra de exteriores y el ministro de interior. Ambos han guardado un mal silencio sobre el trato que Marruecos dedica a Ceuta, que ya no sólo es inamistoso, mas bien belicoso. Ceuta, llegado a este punto de las cosas, ya no necesita silencios diplomáticos que ayudaban al gobierno marroquí a capear su escaso celo sobre Ceuta y Melilla. Se ha producido un cambio y frente a él toca cambiar de registro.

Triste respuesta, por no decir ninguna, de estos ministros y ministras, frente a un desafío a España. El Presidente de Ceuta se merece recibir suficiente y clara información, así como compromisos ciertos del Gobierno de España. Los ceutíes confían en sus propias instituciones de autogobierno y por ello debe ser respetado por el Gobierno de España. Y los ceutíes jamás claudicarán, ni tampoco lo hará su país: España.

Esperemos que el Gobierno de España esté a la altura de los españoles.