Opinión

Vivas en el Senado

Hoy, cuando el estado de las autonomías ha demostrado su gran valor, frente a quienes quieren aniquilarlo, véase Torra, Iglesias o Abascal, es el momento para Vivas de ser el presidente de Ceuta muy por encima de su militancia pepera o su no militancia socialista.

De esta crisis sanitaria y económica vamos a sacar muchas lecciones para el futuro, supongo. Algunos algo más de elasticidad, gracias a Cesc Escolá, que nos pone a tono cada mañana a las 9,00 horas a través de la 2 de tve. Pero anécdotas aparte, va quedar cristalino a partir de ahora, que las Comunidades Autónomas son esenciales en la España de este siglo. Es lamentable observar en algún caso el torticero ejercicio de su cargo que hace algún presidente pero, en general, son ellos, los presidentes autonómicos, los que están dando con la tecla adecuada para cada territorio.

Es verdad que el presidente de Ceuta, Juan Vivas, ha sido acusado en muchas ocasiones de ser demasiado condescendiente con el gobierno de España y que, en ocasiones, ha parecido más un delegado de ese Gobierno, incluso un buen portavoz del mismo, que un representante de los ceutíes, pero eso, que incluso a mi me llegó a parecer en alguna ocasión, sería sólo el fruto de un juicio superficial. Voy a hacer algún recordatorio para los más jóvenes y para los menos, por si han perdido la memoria.

Vivas, en una conferencia de Presidentes no virtual, siendo Presidente del Gobierno Zapatero, le instó, sin dejar ningún lugar a la duda, a que no vacilase ni respondiese tragándose un vaso de agua (con sapo incluido), cuando el primer ministro marroquí le dijese en su cara, tal y como había ocurrido, que Ceuta y Melilla eran ciudades marroquíes ocupadas. “Diga que no. Dígalo claro y no dude”, le espetó Vivas. La verdad es que Zapatero se bebió otro sorbo de agua, pero lo que le dijo ahí quedó.

Y también, siendo Zapatero Presidente del Gobierno, Vivas pactó una financiación para Ceuta que fue muy beneficiosa, a pesar de haber recibido instrucciones de la dirección nacional del PP de evitar ese acuerdo a toda costa. Vamos, que Juan Vivas es diferente cuando el asunto lo requiere. Y eso es lo que se espera de un presidente autonómico, no que sea un excéntrico, pero sí que, cuando las circunstancias lo aconsejen, ejerza.

Ustedes juzgarán si las circunstancias actuales de Ceuta no son de esas que obligan a levantar la voz:

  1. Marruecos hostil.
  2. Covid-19 y sus efectos económicos añadidos a la ya declarada hostilidad marroquí.
  3. El Gobierno de España actuando con Ceuta con… llamémosle tibieza, si ustedes quieren.

Hace ya tiempo que los presidentes autonómicos que se hacen notar, alcanzan mejores objetivos para sus comunidades: Feijó, Urkullu, Moreno, Puig, etc. Todos moderados, si los comparamos con Torra o con Iglesias, incluso  Urkullu. Por eso creo que hace bien Juan Vivas en ponerse en esa posición de presidente de Ceuta en estos momentos. Algo más regionalista que del PP, como Feijó o Moreno, porque para eso lo quieren los ceutíes ocupando el puesto de presidente. Hoy, cuando el Estado de las autonomías ha demostrado su gran valor, frente a quienes quieren aniquilarlo, véase Torra, Iglesias o Abascal, es el momento para Vivas de ser el presidente de Ceuta muy por encima de su militancia pepera o su no militancia socialista. Para algunos esta actitud ha llegado tarde, justo ahora, cuando anuncia su final y, sí, tal vez debió ejercer más veces el cargo y no sólo ocuparlo, pero… Adelante, Presidente. Ceuta necesita que su líder esté con ella por encima de todo y de todos, incluso por encima de usted o, mejor dicho, de lo algunos creen que usted representa políticamente.