Cuando a una persona le falta dignidad y amor propio, el resultado que obtiene es rechazo y malas caras. Algunos personajes de la vida política local, impuestos como muchos por los poderes fácticos de nuestra pequeña, bonita y marinera ciudad, se balancean a la búsqueda desesperada de ayuda para echar adelante un proyecto que ni es suyo ni le pertenece ni siquiera se le esperaba. Me quedo perplejo de ver la falta de idealismo y convicciones políticas de estas personas que solo buscan un cargo, lo que no solamente les define como arribistas y chaqueteros sino que como individuos les costará grandes momentos de dificultad y pérdida de principios. Desearles mucha suerte desde este pequeño espacio de opinión, porque seguramente la necesiten.
