En 1995 en la Conferencia de Barcelona, este país se comprometió a eliminar en un periodo de 12 años los aranceles que viene aplicando a los productos europeos.
Este año el Banco Central de Marruecos (Bank Al-Maghrib) pone en proceso la liberación de su moneda hacia un tipo de cambio flexible.
El valor de la moneda dependerá de la oferta y la demanda, se realizara de una manera escalonada, esta podría tardar unos quince años y dependerá de la evolución de los mercados.
Esta medida está programada en las reformas económicas del país para reducir la dependencia del Dírham en las crisis financieras internacionales.
Marruecos ha negociado con el FMI (Fondo Monetario internacional) el mayor acreedor del país vecino, la operación está sujeta a una posible devaluación de la moneda en el mercado mundial.
Fuentes oficiales internacionales aseguran que el Reino Alauí tiene un sistema bancario estable, unas finanzas públicas saneadas y un nivel notable de reservas para introducir este proceso gradualmente y con cierta flexibilidad.
El impacto de estas medidas puede tener una repercusión a nivel de la economía de nuestra ciudad, según se comporte la moneda marroquí en el mercado internacional.
En caso de una devaluación monetaria, el sector más dañado en Marruecos repercutiría en la nueva clase media marroquí, la cual se ha convertido en la clientela de moda en Ceuta y nos conduciría a una nueva crisis en el comercio ceutí.
