Opinión

El tsunami Vox

¡Yo no pactare con Vox, ni con caballas! Dijo no hace mucho, nuestro mantenido y todavía presidente de la ciudad, enredándose de nuevo y llenando su boca con sus palabras.

¡Yo no pactare con Vox, ni con caballas! Dijo no hace mucho, nuestro mantenido y todavía presidente de la ciudad, enredándose de nuevo y llenando su boca con sus palabras. ¡Porque, siempre son sorprendentes sus sentencias de solemnidad aplastadora! Y una vez que hablo así, adelantándose a su deseo, no sé si se dio cuenta por el murmullo de los ciudadanos que todos ya han condenado su plan y proyecto. En el fondo, creo que se ha perdido en su camino. Pero bien… utilizando las tijeras de la razón y obviando la insultante prepotencia, que muestra dicha frase, propia de sus costumbres traviesas de conejo, El sigue hablándonos de arriba abajo, como si de un elegido profeta se tratara, augurando su seguro triunfo. No obstante nosotros hablaremos de otras cosas más interesantes para nuestra ciudad.

Yo siempre tuve curiosidad, por los resultados. Y de esta manera, que no de otra, ahora tenemos en próximas fechas una decisión importante que marcara el transcurso de nuestra ciudad y su futuro. Son fechas por tanto para reflexionar y saber lo que decidimos, sobre todo de quienes deben regir la administración de nuestra pequeña ciudad enclavada entre montañas durante los próximos años. Por ello,  no debemos hacer caso a las ansias de nuestros inagotables profetas. Porque atrás quedan muchos años de más de lo mismo y que tan solo nos dejan obras que no han solucionado en absoluto los verdaderos problemas de nuestra casa. Naturalmente son cada vez más las voces que nos avisan del fin próximo de sus construidas y altas peanas.

Tenemos por tanto, una pequeña amalgama de partidos localistas que desde hace bastante tiempo nos acompañan. Y seamos serios… Ninguno ha planteado más que promesas o expectativas, casi siempre sin base real de solución eficaz para los ciudadanos. ¡Solo buscan la captación de votos! Es un sutil engaño heredado de tiempos mejores que no es ni tan siquiera necesario analizar con realidades prácticas por todos conocidas. Por ello, su voto siempre será para mantenerles en más de lo mismo con sus vanas promesas. Con ellos… ¡Nada nuevo, bajo el sol! Los conocemos demasiado bien. Es por tanto necesario, revisar los problemas que sufrimos aquí en nuestras calles para que no se alarguen en su propia sombra.

Y tenemos en primer lugar el desempleo, apenas paliado por la creación de ese clientelismo político/económico que los partidos compran con la beneficencia de los planes de empleo, brigadas verdes y otras subvenciones. ¡Pan para hoy y hambre para mañana! ¡Siempre sujetos y siempre obligados con el dinero de todos! Olvidan todos ellos que son los pequeños y medianos autónomos quienes de verdad son los únicos que tienen la llave para al menos suavizar este dramático problema. Y desde luego dada la falta de industria propia esto pasa por la ayuda decidida al comercio de la ciudad.

Luego, está el problema de la inmigración que en la ciudad no cabe duda que es endémica dada su frontera. Aquí no causa problema el inmigrante legal, perfectamente adaptado y necesario para todos, sino el ilegal que causan un gran problema de inseguridad ciudadana. Porque nuestra ciudad es una casa donde conviven y coexisten españoles de diferentes religiones que pacífica y desde siempre luchan por su bienestar y el de sus familias. Los saltos, las entradas ilegales, los Menas…, crean los graves problemas de inseguridad que surgen y que deben ser solucionados. Esto, a pesar de algunos buenitas que atacan y menosprecian neciamente a sus propios centinelas. Y de esta manera, el asilo tan demandado por ellos, depende no solo de nuestra nación sino de Europa, por lo que debían estar representadas todas las naciones con oficinas administrativas en nuestra ciudad para analizar cada una de dichas solicitudes, ya que la mayoría no quieren permanecer en nuestro territorio nacional y Europa nos exige que seamos nosotros unilateralmente los responsables de dicha decisión.

La corrupción, en esta pequeña ciudad estado, es comentada y conocida por todos, ya que para eso somos vecinos y nos conocemos todos. Por ello no merece la pena ni hablar de ella. Consecuentemente, solo señalaremos el problema del puerto, verdadero pulmón económico y sobre todo de la dificultad y carestía del transporte marítimo, no tan solo para nosotros que se nos entorpece en nuestro derecho deambulatorio de salir y entrar en nuestra ciudad, sino también del hándicap que existe para el comercio por el coste económico que supone el llegar a ella la mercancía y los no residentes. A este aspecto se suman los problemas del control fronterizo, imprescindible para la ciudad pero que su colapso diario impide la llegada de nuestros vecinos de forma fácil y agradable. Vecinos que son necesarios para nuestra economía y que desisten de venir por los problemas que sufren para llegar. ¡No podemos dejar de mirar a nuestros vecinos y favorecer su llegada como turistas! En fin que con este al parecer insoluble problema…¡Ni vienen… ni vamos!

Ahora, sin embargo, el tablero político se abre y  aparece un nuevo partido… VOX, a quien desde su comienzo se le ha intentado mostrar como un partido extremo, y que sin embargo mantiene unos principios básicos de unidad territorial, de respeto a nuestras costumbres… símbolos… y sobre todo de nuestra identidad nacional, tan necesaria en estos tiempos donde tantos intentan diluirla en pequeñas identidades aldeanas de terruño. Nuestra inteligencia es comparativa y por ello es difícil estimar un futuro sobre ellos, solo sabemos del aumento exponencial a nivel nacional que con sus expectativas y posibilidades están alcanzando. En fin… ¡A ver que nos dicen este lunes! Pero, hay que reconocer que al menos hablan claro, con palabras de la tierra y de sus hombres, no utilizando baratas demagogias de promesas vacías como otros ya conocidos. Pero bueno, ya lo sabemos…”Él dixi”… ¡No pactare con VOX!