Opinión

Compromisos cumplidos

El presidente del Partido Popular y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció hace cuatro años en su discurso de investidura, tras recibir el respaldo mayoritario de los españoles y las españolas, que toda la capacidad del Gobierno estaría dedicada al compromiso adquirido de “detener la sangría del paro, estimular el crecimiento económico y acelerar el regreso a la creación de empleo”. Hoy España crece, crea empleo, aumenta la actividad económica, y con ella el Estado recupera sus ingresos, mejorando significativamente la financiación de nuestros servicios públicos. Sin ninguna duda, un cambio en la confianza, en las expectativas, en el dinamismo y en nuestra imagen internacional.

El presidente del Partido Popular y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció hace cuatro años en su discurso de investidura, tras recibir el respaldo mayoritario de los españoles y las españolas, que toda la capacidad del Gobierno estaría dedicada al compromiso adquirido de “detener la sangría del paro, estimular el crecimiento económico y acelerar el regreso a la creación de empleo”. Hoy España crece, crea empleo, aumenta la actividad económica, y con ella el Estado recupera sus ingresos, mejorando significativamente la financiación de nuestros servicios públicos. Sin ninguna duda, un cambio en la confianza, en las expectativas, en el dinamismo y en nuestra imagen internacional.

Pero la tarea no ha sido fácil, pues a finales de 2011 se cerraban empresas sin interrupción, desaparecían las inversiones, no existían ni siquiera perspectiva de crecimiento, y 3.200 personas perdían su empleo cada día. Había que atender a los gastos de cada día con la caja vacía. Los ingresos fiscales se habían desplomado mientras la deuda crecía vertiginosamente. Pero lo que es aún peor, nuestros acreedores desconfiaban de nuestra capacidad para devolver los préstamos, con lo cual el dinero que necesitábamos nos salía mucho más caro, recordemos aquellas escaladas de la prima de riesgo. Vivíamos permanentemente bajo la amenaza de una quiebra; éramos candidatos claros para salir del euro y nos rondaba el rescate.

Sin ninguna duda, evitar ese rescate supuso  la medida social  más importante pues sentó las bases de la recuperación, que ahora disfrutamos los españoles y las españolas, a pesar de sufrir durante dos años duros esfuerzos y renuncias para conseguir ajustar las cuentas públicas. Todo lo que conseguíamos ahorrar se nos iba en pagar los intereses de la deuda, porque no se sabía aún si éramos fiables. Fueron dos años de estrecheces, sin más apoyo que la esperanza, porque se sufrían las penalidades, pero no asomaban las recompensas. Cuatro años después, podemos afirmar, que hemos salido adelante sin dejar atrás a nadie, sin abandonar a ningún español y menos a los más débiles. Hoy España es el país de la Unión Europea que más empleo genera y donde se produce más crecimiento. Compromisos cumplidos.