Opinión

Debate de investidura

El debate de investidura a celebrar en el Congreso de los Diputados no es un mero trámite como algunos y algunas piensan, no es una tertulia televisiva donde brilla el mejor orador, no debe ser jamás una jaula de grillos. Este debate tiene como objetivo que un candidato obtenga la confianza de la Cámara y pueda formar un Gobierno estable, que de confianza a la ciudadanía, a nuestros socios europeos, a la comunidad internacional y a las entidades financieras. Por ello, el Partido Popular continúa trabajando para alcanzar un acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos, que permita elaborar reformas desde el consenso y la centralidad, para que sigamos creciendo y creando empleo.

El debate de investidura a celebrar en el Congreso de los Diputados no es un mero trámite como algunos y algunas piensan, no es una tertulia televisiva donde brilla el mejor orador, no debe ser jamás una jaula de grillos. Este debate tiene como objetivo que un candidato obtenga la confianza de la Cámara y pueda formar un Gobierno estable, que de confianza a la ciudadanía, a nuestros socios europeos, a la comunidad internacional y a las entidades financieras. Por ello, el Partido Popular continúa trabajando para alcanzar un acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos, que permita elaborar reformas desde el consenso y la centralidad, para que sigamos creciendo y creando empleo.

Pese al discurso cansino de los populistas, pese a las críticas de quienes anhelan el sillón a costa del futuro del país, el Partido Popular mantiene su candidatura a la presidencia del Gobierno con la intención de seguir adoptando medidas en beneficio de todos y todas las españolas, tendiendo la mano a un gran pacto de Estado para afrontar una legislatura determinante para nuestra consolidación. En esta andadura no tienen cabida quienes tan solo desean destruir lo que tantos esfuerzos y sacrificios nos ha costado construir entre todos en los últimos años; la unidad de España, y un régimen constitucional que nos permitió superar las discordias consecuencias del periodo más convulso de nuestra historia.

El Gobierno que busca el secretario general de los socialistas españoles, Pedro Sánchez, sería un Gobierno a las órdenes de Podemos, hipotecado con ellos y humillado. Un Ejecutivo obligado a intercambiar favores con quienes ponen en cuestión la soberanía nacional, una suma de números que estaría plegada a las exigencias e incoherencias no solo de populistas, sino también de radicales e independentistas. España necesita un presidente con dignidad, jamás humillado, ni hipotecado. Es el momento del acuerdo entre formaciones centristas constitucionalistas, que trabajen desde el consenso con la mirada puesta en un único objetivo, seguir creciendo y generando empleo.