Opinión

Humillación indignante

El plan elaborado por los líderes ideológicos de Podemos, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero,  para destruir el país que hoy conocemos está en marcha. Hasta el momento habíamos conocido tan solo algunas de sus propuestas, pero la pasada semana  conocimos  el programa de Gobierno de la coalición entre PSOE, Podemos y las confluencias, Compromís e IU, un extenso documento de casi 100 páginas. Entre las prioridades  de los asesores del régimen bolivariano chavista se encuentra, por primera vez en nuestra historia democrática, la prioridad de establecer un Estado plurinacional que divide España entre naciones y comunidades.

El plan elaborado por los líderes ideológicos de Podemos, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero,  para destruir el país que hoy conocemos está en marcha. Hasta el momento habíamos conocido tan solo algunas de sus propuestas, pero la pasada semana  conocimos  el programa de Gobierno de la coalición entre PSOE, Podemos y las confluencias, Compromís e IU, un extenso documento de casi 100 páginas. Entre las prioridades  de los asesores del régimen bolivariano chavista se encuentra, por primera vez en nuestra historia democrática, la prioridad de establecer un Estado plurinacional que divide España entre naciones y comunidades.

La consecuencia directa de esta reforma del modelo territorial actual es la aceptación del derecho a decidir, es decir, asegura la posibilidad que se celebren referéndum de autodeterminación en las “naciones” del Estado, que así lo decidieran para lo cual establece la creación del Ministerio de la Plurinacionalidad. Una medida que debería suponer “ipso facto” la defunción de la coalición entre las formaciones del propio Pablo Iglesias y de Pedro Sánchez, pues esta última estableció como línea roja infranqueable el modelo territorial recogido en la Constitución Española aprobada mayoritaria por el pueblo español en 1978.

Aunque lo más sorprendente del documento presentado es el reparto proporcional de ministerios entre ambas formaciones a pesar de las diferencias existentes en el número de diputados, siete cada una. Siendo especialmente relevante que la vicepresidencia del Gobierno de coalición recaería sobre el propio Pablo Iglesias, monopolizando las políticas de comunicación de dicho Ejecutivo, así como el control del Centro de Investigación Sociológicas (CIS) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Así mismo crea dos órganos nuevos. Una secretaria de Estado sobre corrupción y una oficina sobre Derechos Humanos para España. Es decir, el líder podemista asume el control de la política de comunicación interna y externa del Ejecutivo de coalición en detrimento de los socialistas.