Opinión

La Defensora del Pueblo vino, vio y se marchó

A los hechos me remito, pues la evidencia es incontestable y en este caso del padrón municipal, la realidad ya superaba a la ficción, dándose el caso de que hasta se tomó cartas en el asunto de los empadronamientos fraudulentos, que llegaron a superar los cuatro mil en su punto más álgido, era un tema sobre el que se pasaba de puntillas porque en realidad nadie sabia por donde cogerlo.

Quizás mas que saber, mas bien no se atrevían quiénes tenían la responsabilidad de atajar ese creciente problema, pues el tema era bastante peliagudo ya que a todas luces, la intención velada de esta práctica no era mas que la de efectuar una verdadera invasión mas o menos silenciosa, con la que romper el equilibrio demográfico de la ciudad en provecho de algún que otro grupo o grupos, está claro, que con intenciones políticas en la ciudad y con conexiones al otro lado de la frontera.

No han sido pocos los artículos que he dedicado a denunciar todo este desastre, y cabe destacar que desde el primero de ellos hasta el momento que nos ocupa, la situación ha ido mejorando algo. Solo basta con echar un vistazo a los datos de población publicados por el Instituto Nacional de Estadística, donde por primera vez la ciudad de Melilla, supera a Ceuta en el número de empadronamientos. Se ve que allí aun no se han puesto las pilas, con lo que algo se estará haciendo bien de un tiempo a esta parte en este sentido en Ceuta, aunque claro aun queda mucho por hacer hasta conseguir que la dinámica sea la del descenso.

Cabe mencionar que esta semana hemos contado con la presencia en nuestra ciudad de la señora Becerril, actual Defensora del Pueblo, la cual al parecer carecía de un conocimiento real del asunto, cuando previamente se pronunció negativamente sobre la cuestión, posiblemente guiada por datos confusos aportados por grupos o personas que albergaban la intención de aprovecharse de cualquier Institución del Estado que de algún modo les viniera a dar la razón de algo que perfectamente saben que no la tienen. Ahora bien, solo le ha bastado pasar unas cuantas horas en Ceuta para darse cuenta que la realidad en absoluto era como alguien había pretendido pintársela, pues con que uno se fije solo un poco en como funcionan las cosas sobre el terreno, en este caso eso es lo que habrá hecho la defensora del pueblo, se puede sin mayor problema dar cuenta que aquí se esta trabajando por atajar un fraude en toda regla, realizado al amparo de alguna que otra persona sin escrúpulos, que todavía y después de la situación por la que atravesamos, tiene la desfachatez de pedir favores a los responsables de estadística para que empadronen a personas de las que no tienen derecho a ello.

La cuestión es que este tema es de mucha envergadura, pues no debemos olvidar que el hecho en sí de estar empadronado en la ciudad genera unos derechos y beneficios, asistenciales a muy corto plazo pero también electorales a futuro, y eso es precisamente lo que les interesa a algún que otro partido muy acostumbrado a sacar provecho de tan desastrosa situación.

En definitiva, un asunto en el que todavía queda mucho por hacer, pues no son pocas las personas que sin haber tributado jamás en Ceuta, a lo único que se dedican es a exigir unos derechos que en absoluto les asisten, trabajo, vivienda o sanidad serian algunos de ellos, pero ¿alguien se ha molestado en preguntar cuales son sus deberes?, queda claro que no, pues es evidente que todo esto sirve a unos fines de los que estoy seguro que poco a poco iremos teniendo noticias y que cuando muestren su cara lo único que harán será corroborar que todo esto en su momento, ha sido orquestado por algunos que han visto esto de los empadronamientos como una oportunidad de oro para fomentar ese trasvase poblacional que les garantizara el control político de la ciudad, haciendo efectiva a largo plazo, eso que he venido durante mucho tiempo denunciando como una verdadera "invasión silenciosa".