Opinión

El run run que nadie oía

Nuestro ayuntamiento se ha convertido en un verdadero circo, de eso no cabe duda, pleno tras pleno se suceden los espectáculos, insultos, desprecios, amenazas y escenas grotescas de todo tipo, impropias de una cámara de representantes, dándose con mayor frecuencia de la que un sistema democrático y civilizado debiera tolerar.

Juan Redondo

Nuestro ayuntamiento se ha convertido en un verdadero circo, de eso no cabe duda, pleno tras pleno se suceden los espectáculos, insultos, desprecios, amenazas y escenas grotescas de todo tipo, impropias de una cámara de representantes, dándose con mayor frecuencia de la que un sistema democrático y civilizado debiera tolerar.

La verdad que era cuestión de tiempo que la situación se degradase hasta este punto, posibilidad de la que ya venía avisando en mis artículos desde hace años. El  poder absoluto genera un desgaste absoluto y un partido político que lleva más de quince años gobernando y teniendo al frente a la misma persona, era muy difícil que al final no acabará cumpliendo con esa máxima. La crispación política se percibe en cualquier rincón, no ya sólo de la Asamblea, sino también de la ciudad y quizá haya sido todo el asunto de Emvicesa el que ha dado la puntilla.

Prueba de ello fue cuando hace un par de semanas y en medio de una sesión plenaria, el propio Alcalde, no sin cierta ironía, utilizó la expresión con la que intitulo mi artículo, dando a entender que si todos esos rumores sobre la mala praxis en la adjudicación de las viviendas eran "vox populi" porqué nadie de los presentes en la Asamblea se atrevió a denunciarlo en su momento. Con tal apreciación se deja entrever que, quien más o quien menos prefería estar callado por si por acción u omisión, también hubiera de rendir cuentas, dada la presencia de todos los grupos políticos en los consejos de administración de las empresas publicas y en este caso concreto en la comisión de la vivienda.

En cualquier caso la única realidad en todo esto, es que ha tenido que ser la justicia la que destape la caja de Pandora, sacando todo este asunto a la luz. Ahora ya nada vale aquello que pregona gobierno y oposición de que fueron ellos los que denunciaron el asunto en los tribunales, algo que efectivamente hicieron, pero como ahora ya sabemos, tarde, justo cuando ya estaba todo investigado por la justicia y la prensa puso el dedo en la llaga al publicar la famosa lista fantasma.

Y lo peor de todo es que ese "run run" al que aludía el Alcalde, sigue sin cesar en muchas otras actividades dependientes de la responsabilidad política. Queda aún mucho por depurar, siendo quizá un buen ejercicio de imagen, empezar a sanear, en caso de ser necesario, todas y cada una de las áreas de responsabilidad dependientes de la autoridad política, tomando la iniciativa y no esperando a que el escándalo, como ha ocurrido con Emvicesa, acabe llevándonos de nuevo al extremo del ridículo y desvergüenza política.