Opinión

Ni aposta lo hacen peor

Después del tiempo transcurrido al mando de esta nave llamada Ceuta, se observa que los problemas reales de esta ciudad no solo no se han solucionado sino que en algunos casos han empeorado, ya que como afirmo en mi enunciado ni aposta lo hacen peor.

Después del tiempo transcurrido al mando de esta nave llamada Ceuta, se observa que los problemas reales de esta ciudad no solo no se han solucionado sino que en algunos casos han empeorado, ya que como afirmo en mi enunciado ni aposta lo hacen peor.

Si no es así, difícilmente se podría explicar el hecho de que en estos últimos quince años hayan proliferado la obras ilegales por doquier en El Príncipe, el cual ha pasado de pequeño núcleo poblacional a otro con tal magnitud que bien podría compararse en población con muchos de los municipios existentes a lo ancho y largo de la geografía española.

Y el caso es que esta expansión se ha efectuado en no más de quince o dieciséis años. ¿Dónde estaban entonces los políticos y técnicos de urbanismo para impedir que esta situación se desbordara? Por lo que se ve ni estaban ni aun ahora se les espera, pues amparadas en la más absolutas de las impunidades, muchas de las obras ilegales siguen su curso sin el más mínimo de los reparos. Ahora bien, en este punto sí que cabría destacar que quizá sea la Policía Local la única que esté dando de algún modo el callo en esta tarea, haciendo su trabajo y practicando las correspondientes denuncias, las mismas que parecen ir, según los resultados, al cajón de los olvidos de técnicos y políticos.

Por otro lado, también hay que decir que aunque muchas veces exista la voluntad política de poner solución a algunos de los problemas existentes, la presencia en los puestos claves para aplicar el remedio de personas en absoluto idóneas para llevarlos a cabo hace que todas esas buenas intenciones políticas acaben quedando en agua de borrajas. 

Queda claro que llegados a este momento, a casi nadie se le escapa ya que soluciones reales a nuestros acuciantes problemas, más bien pocas. Ahí tenemos el asunto de los polígonos de El Tarajal, que sin aportar nada significativo para la ciudad se siguen manteniendo y, lo que es peor, cada día más caóticos y peligrosos, donde al igual que ocurría en el viejo oeste, las disputas se dirimen ya directamente a tiros. O el tema de los desguaces ilegales de vehículos, que tienen nuestros montes llenos de chapas y plásticos, y que en vez de cerrarlos se dedican a recogerles los desechos, eso sí, a cargo del erario público con un gasto para la ciudad, que entre esto y los escombros, ya se acerca a los tres millones seiscientos mil euros.

Y lo de Trace con el tema de la huelga lo dejaremos para otro día. En este caso no quiero agobiar a nuestro alcalde-presidente que ya tiene bastante con solo pensar en ella.