Opinión

Recordando lo prometido

Cuando llegan unas elecciones y como en este caso tan seguidas, europea, locales, autonómicas o generales, se acumulan tantas promesas que el votante se encuentra la mayor de las veces totalmente confundido, sobre todo al comprobar que  elección tras elección todo sigue igual y  que sus problemas más inmediatos no son solucionados por nadie, voten al que voten.

Cuando llegan unas elecciones y como en este caso tan seguidas, europea, locales, autonómicas o generales, se acumulan tantas promesas que el votante se encuentra la mayor de las veces totalmente confundido, sobre todo al comprobar que  elección tras elección todo sigue igual y  que sus problemas más inmediatos no son solucionados por nadie, voten al que voten.

Y el caso es que hasta los mismos partidos, ya sean de viejo o nuevo cuño, no se definen precisamente por ofrecer soluciones a los verdaderos problemas que padecemos los ciudadanos día a día. Eso sí, el bombardeo en los medios de comunicación es cansino, de hecho se ve que es una manipulación manifiesta para dirigir el voto, ya sea ahora con el caso de Cataluña, al objeto de dar una visión de unidad, o dentro de tres días cuando seguramente se vuelva otra vez a los casos de corrupción, el caso es tener entretenido al gallinero para que, cuando lleguen las elecciones, la empanada mental sea tan grande que al final optemos por votar al que menos nos interesa de todos. Ahora bien, a buen seguro será el que mas veces salga en los medios.

Todo esto está orquestado tras las bambalinas y por lo general siempre con un trasfondo bastante oscuro. Fijémonos si no en el caso Gurtel. De su trama salían los recursos con los que se financiaban esos grandes eventos con los que, en época de elecciones, se llenaban plazas de toros, se instalaban vallas publicitarias descomunales en lugares privilegiados, se costeaban cuñas de radios, spots de televisión o comidas y desayunos encubiertos bajo el nombre de “informativos”, pero ¿quién pagaba todo eso? Pues al parecer con mordidas del tipo del ya famoso 3 %.

En lo que a esta ciudad respecta debemos decir que una buena parte de sus electores suelen ser fieles a unas siglas por el solo hecho de creer que los eventos que se les proporcionan en fechas señaladas, caso de las comilonas en feria, mochila o navidad, salen del sueldo del que luego pasa a saludarlos con su sonrisa de oreja a oreja. Nada más alejado de la realidad, pues por lo general todos esos agasajos salen de esas arcas públicas a las que solemos contribuir todos los ciudadanos y  muy especialmente aquellos que por su edad han tenido una larga vida laboral.

De ahí que todos aquellos partidos que se presentan a unos comicios y que en la mayoría de los casos sí que llevan proyectos útiles para solventar muchos de esos problemas que actualmente tenemos salen en desventaja cuando llegan unas elecciones, pues como decimos  y ahora se está demostrando, toda esa financiación que reciben los grandes partidos, nuevos y viejos, por lo general sale de las manos de esos poderes fácticos que al final, y una vez en el poder, lo primero que preguntan es aquello de: “¿Y de lo mío qué?”.