Opinión

Sensación de desgobierno

Queda comprobado que no todo es cuestión de tener más o menos controlados algunos medios de comunicación para que éstos magnifiquen las virtudes del Gobierno. Cuando la realidad es evidente por muchas reuniones o viajes que se muestren, sonrisas, opiniones o artículos favorables que se publiquen, difícilmente se puede ocultar la falta de ideas y el bloqueo en el que este Gobierno anda metido.

Hace unos días fue la dimisión de un asesor, pero con anterioridad fue la reforma de todo el equipo de Gobierno, hecho que demuestra de por sí que algo está fallando y que en este caso su máximo responsable está intentando atajar. Parece ser que a pesar del empeño, éste no acaba en dar con las personas adecuadas, "haberlas haylas", pero para localizarlas primero sería necesario remover algún que otro peso pesado de su Gobierno y claro, eso cuesta.

Suponemos que al final quien tiene la responsabilidad de hacerlo acabará por darse cuenta del daño que estos mastodontes políticos le están haciendo a su gestión, pues la chulería y prepotencia mostrada por alguno de ellos, le está perjudicando no ya solo en el Gobierno de la Ciudad, sino también a su partido. Es más, hay algún que otro de estos políticos que ya están poniendo tierra de por medio y pasan más tiempo fuera de la ciudad que en su propio despacho y eso se nota, pues están delegando asuntos de suma importancia en personas que como se está demostrando no tienen la capacidad necesaria para solucionar muchos de los problemas que afectan diariamente a los ciudadanos.

Los ejes principales por los que gravita todo buen Gobierno deben ser los de la capacidad, el conocimiento y la competencia de las personas que lo forman y que las elegidas para formarlo transmitan esas cualidades a cada una de las funciones que en él se les encomiende. Aquí parece ser que se opta por hacer todo lo contrario y en lugar de la competencia, lo que se valora es más bien la afinidad y el favoritismo, siendo el amiguísimo o la familiaridad elemento determinante para la selección de algún que otro cargo de responsabilidad, hecho este que por lo general da como resultado la elección de personas que dan muestras de una total ineptitud a la hora de desarrollar las obligaciones ligadas al puesto para el que han sido nombrados.

Y mientras tanto, el presidente pensará que por mucho empeño que le ponga, últimamente no atina nada con sus elegidos, siendo incapaz de formar ese equipo que de soluciones tangibles y efectivas a los problemas que aquejan a esta ciudad y a sus ciudadanos.

Algunos de estos problemas que lo único que hace es empeorar día tras días, y que por mucho que se quiera tapar al final aflora con más fuerza si cabe, es el directamente relacionado con la gestión  de la Consejería de Medio Ambiente, la cual está más de lo deseado en el candelero. Es más que evidente que los actuales responsables no tienen respuestas con las que responder al problema generado en torno a la deficiente gestión llevada a cabo por la actual empresa concesionaria de los servicios de limpieza y recogida de basuras. Esta empresa si no es por una cosa es por otra siempre está presente en los medios y para su desgracia nunca para ser halagada en su trabajo sino todo lo contrario.

La verdad es que no es por gusto de algunos criticar la deficiencia en la gestión, pero es que la evidencia es tal que por mucho que uno quiera, no puede dejar de sacar el asunto a la palestra, montes llenos de basuras, vaguadas repletas de escombros o chatarras por doquier, serían algunos de los ejemplos que dan muestra, por supuesto del incivismo de muchos, pero que no exime de responsabilidad a quienes se les paga precisamente para que eso no esté de esa manera. Es posible que la solución a estas deficiencias en la gestión concesionaria, estuviera mucho más cerca, si el responsable político le dedicara mayor tiempo al análisis del problema, cosa imposible si se está casi siempre de viaje y solo se llega para la firma.

Casos como estos que aquí les contamos son los que nos llevan a situaciones como la de la  dimisión forzada o no de este asesor,  pues por torpeza o por prepotencia ha ido a cara descubierta, cosa que es hasta de agradecer, porque los peores son los que suelen estar tras las bambalinas y  de los que nunca sabemos nada.