Opinión

A la vuelta de la esquina

Queda claro que nuestros verdaderos problemas están a la vuelta de la esquina, ¿pero cuáles son? El más cotidiano sería el descomunal desempleo que, visto lo visto, es ya estructural, pues muy difícilmente podremos bajar de esa cifra de trece mil parados que Ceuta, hoy por hoy, es incapaz de asumir. Y después estaría la falta de vivienda, problema derivado del incontrolado aumento poblacional que ha registrando la ciudad en los últimos veinte años y que está estrechamente relacionado con el asunto de los empadronamientos fraudulentos, situaciones ambas que además han ocasionado que una parte de los que aquí hoy residen vivan de unos servicios sociales que, por desgracia, ya no llegan ni a cubrir las necesidades mas básicas de quienes las demandan.

Queda claro que nuestros verdaderos problemas están a la vuelta de la esquina, ¿pero cuáles son? El más cotidiano sería el descomunal desempleo que, visto lo visto, es ya estructural, pues muy difícilmente podremos bajar de esa cifra de trece mil parados que Ceuta, hoy por hoy, es incapaz de asumir. Y después estaría la falta de vivienda, problema derivado del incontrolado aumento poblacional que ha registrando la ciudad en los últimos veinte años y que está estrechamente relacionado con el asunto de los empadronamientos fraudulentos, situaciones ambas que además han ocasionado que una parte de los que aquí hoy residen vivan de unos servicios sociales que, por desgracia, ya no llegan ni a cubrir las necesidades mas básicas de quienes las demandan.

Y a pesar de lo crítico de la situación, todavía sale algún partido de la oposición intentado arreglar el tema apelando a la más descarada de las demagogias, planteando soluciones disparatadas, a sabiendas de que difícilmente se podrán llevar a cabo, con la única intención de calar de alguna manera en ese segmento de votantes que, por su desesperada situación, son receptivos a ese tipo de mensajes y que en cierto modo se han convertido en el núcleo electoral de algunos partidos con representación en la Asamblea.  En cualquier caso, la realidad es que hasta la fecha no han presentado ni un solo proyecto que pueda ser considerado como viable y que esté destinado a generar empleo o a fomentar y estimular de alguna manera la reactivación de nuestro tejido económico y productivo. A éstos, al parecer, lo único que les interesa es mantener la tensión, aprovechándola para justificar el hecho de seguir sentados cómodamente en la poltrona, esperando en el fondo a que poco o nada cambie y resultándole mucho mas rentable el decirle al delegado del Gobierno que deje las cosas como están si no quiere seguir el mismo camino que el del hasta hace no mucho su responsable educativo.

Lo podré decir más alto pero no más claro: el tiempo se acaba y como sigamos por este camino lo del estallido social no va a ser un tema a largo plazo, sino más bien un hecho a muy pero que muy corto, pues la gente está empezando a exigir que se le resuelvan sus problemas reales del día a día sin atenerse a componendas, ejemplo ya lo tenemos en el asunto de las 317 viviendas y esto solo puede ser un ejemplo.

El panorama se presenta ciertamente oscuro, con lo que por nuestra condición de ciudad subvencionada por Europa y el Gobierno central, tendremos que estar muy pendientes de lo que ocurra en las próximas elecciones generales, para ver quiénes tienen esa varita mágica con la que decidir nuestro destino, ya que si esperamos a que los que aquí ostentan la responsabilidad política aporten alguna solución viable a todo este desastre, se nos puede caer durante la espera todos los palos de ese sombrajo en el que ellos mismos han convertido Ceuta.