Opinión

A buenas horas, mangas verdes

Se le ocurre ahora a Juan Vivas que hay que poner en marcha un plan de reactivación del comercio.

Ésto, no hay ni que decirlo, llega a tarde y a destiempo. Es puro folklore y desde el sector empresarial suena a chanza. ¿Qué ocurre? ¿Qué hoy llega a Ceuta, como el que no quiere la cosa, el secretario de Estado de Comercio?

En vísperas de jornadas electorales, a menos de dos meses para los comicios, se les ocurre, como el que se saca un conejo de la chistera, un plan. Nada menos que un plan.

Aquí se ha estado acosando a los empresarios, ninguneándolos, tratándolos de forma rastrera, poniéndoles trabas hasta para toser. Ahora se plantea un plan de reactivación del comercio local. Vamos, por favor. ¿A estas alturas?

El comercio local ha sido machacado continuamente. También es cierto que parte del sector no ha sido capaz de reaccionar ante las circunstancias, pero no lo es menos el hecho de que desde los despachos se ha caído en la inutilidad a la hora de establecer medidas de incentivación.

Los empresarios, créase, son la verdadera base del empleo. Ni más ni menos. Son la raíz del trabajo y el riesgo que acometen es enorme. Pero sin embargo, lo hacen, con todas las consecuencias, tanto positivas como negativas.

Existen determinados conglomerados que agrupan asociaciones que no se sabe muy bien para que existen. Para muestra basta pensar en que los máximos responsables de agrupaciones empresariales están mirando más a su ombligo que a otra cosa. Uno, porque cree que va a ir en listas electorales. Otro, porque se centra en sus cuestiones inmobiliarias personales, como Huerta Molino.