Opinión

Lo dicho

Encuéntrome frente al ordenador intentando ordenar las ideas y plasmarlas blanco sobre negro. Como militante de base del PSOE de Ceuta desde 1996, nunca he hecho públicamente competencia política en contra del partido en el que milito, pese a no estar completamente de acuerdo con todas las medidas tomadas por mi partido desde que a él pertenezco. Para esos menesteres, el PSOE tiene sus cauces y foros internos.

Encuéntrome frente al ordenador intentando ordenar las ideas y plasmarlas negro sobre blanco. Como militante de base del PSOE de Ceuta desde 1996, nunca he hecho públicamente competencia política en contra del partido en el que milito, pese a no estar completamente de acuerdo con todas las medidas tomadas por mi partido desde que a él pertenezco. Para esos menesteres, el PSOE tiene sus cauces y foros internos.

Cuando leo la prensa local (impresa y digital), escucho la radio o entro en las redes sociales y me encuentro con compañeros/as que utilizan otros medios que no son su partido para hacer reivindicaciones (y no digo que esté en desacuerdo con las mismas), no puedo dejar de tener un pensamiento que paso a desarrollar.

En los partidos políticos, es muy habitual escuchar a quienes temporalmente ostentan cargos orgánicos y/o institucionales que lo importante no son las personas que ocupan esos cargos, sino las ideas, las ganas, la fuerza y la determinación que el partido (con todos sus militantes) tenga para defenderlas. Dicho esto, y expuesto lo anterior, uno es libre de pensar que detrás de esas palabras lo que se esconde no es más que unas ganas inmensas de protagonismo, o la intención de seguir en el “candelero” y que no se olviden mi cara y de mi nombre porque estoy al “acecho” y pienso desbancar a quienes democráticamente ganaron un proceso interno de primarias.

Lo peor de todo es que se utilicen “malas artes” para ello. Pertenezco un partido de izquierdas, sí, de izquierdas, y corresponde a sus militantes (no sólo a sus dirigentes, que también) hacer que sea el referente de la izquierda en nuestra ciudad y en nuestro país. Con guerras cainitas intestinas, a las que por desgracia estamos tan acostumbrados en mi partido, no hacemos más que desviar la atención de lo verdaderamente importante, y además, darle armas a nuestros contrincantes políticos, por no hablar de la malísima imagen que presentamos a los ciudadanos a los que pretendemos ilusionar y hacer partícipes de un proyecto para todos/as.

¿Qué puede pensar cualquier ciudadano de Ceuta al ver que los miembros de un mismo partido (y en este caso hablo sólo del partido en el que milito) se pasan la tarde “metiéndose caña” por las redes sociales? Se nos puede llenar la boca con lo rojos que somos y lo socialistas que nos sentimos (aunque no sé ni cómo se mide, ni cuál es la unidad de medida que se ha de utilizar para que dé como resultado ser un rojo o socialista digno).

Me gustaría terminar con una frase leída en Facebook: "No es brillante quien para brillar necesita apagar las luces de los demás".