Opinión

El fascismo ya está aquí

En Ceuta, si queremos seguir disfrutando de la democracia y la libertad y no queremos perder todos los derechos consagrados ni romper nuestra convivencia, hay que volver a arrasar en las urnas.

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Bien sabe quienes me conocen que nunca estuve conforme con la repetición electoral. No hay justificación, así que no voy a perder estas líneas en marcar un argumento que ni yo misma me lo creo. Y no, tampoco voy a culpabilizar a otra fuerza política porque todos los partidos, todos, son responsables de la situación de bloqueo en la que nos encontramos. Nadie vota para que no exista un Gobierno, la gente vota para que quienes han decidido ocupar la primera línea política se entiendan, cedan, y lleguen a un punto común de acuerdo que permita mejorar la vida de la gente, que es el único fin por el que se deben de presentar a la política. Aclarado este punto y dando por hecho que la sociedad ya hizo los deberes al no dejar, ni en Ceuta ni a nivel general, que Vox pasara y que la derecha sumara el pasado mes de abril, toca volver a demostrar que tenemos mucha más responsabilidad que los que tienen que dialogar tras el 10 de noviembre. 

Llevo días preocupada, y lo estoy porque no concibo que un partido como Vox tenga cabida en las conversaciones de ciudadanas y ciudadanos que no esconden su xenofobia, su machismo y su fascismo. Y la culpa no es de Abascal y sus discípulos, no, la culpa es de aquellos partidos que han consentido gobernar con ellos. La culpa es de los que no han aprovechado la oportunidad para desmentir cada uno de los datos que han lazado y siguen bombardeando sin pudor y de una manera sumamente calculadora. Auténticos martillazos contra los tímpanos son los mitos falsos que vomitan los micrófonos de la ultraderecha. 

Además, saben hacerlo a través de la técnica de la serpiente envenenada que disfraza con sonrisa, pose y suavidad el rejón del odio. Pues no, ya está bien de tener complejos. Ya está bien de hacer creer que la Patria y la defensa de la unidad territorial  corresponden únicamente a quienes levantan el puño y empapelan los sitios con la bandera. Ya está bien de hacer creer que a la izquierda no le importa los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Ya está bien de manipular con el convencimiento de que la izquierda permite y favorece la inmigración irregular. Ya está bien de insistir en el hecho de que la izquierda antepone el independentismo al interés común por una cuestión partidista. Ya está bien de frivolizar con Bildu y hablar en nombre de las víctimas de ETA, como si el resto no hubiera sido perseguido o hubiera sufrido atentados. Ya está bien de mentir sobre la inmigración, de sembrar el miedo y el odio, y de jugar con la violencia de género. Ya está bien de aprovecharse del hartazgo de la gente, de sus necesidades y desesperación. Ya está bien de hablar en nombre de la justicia para reproducir mensajes sacados de la Falange y de traer el franquismo y la dictadura acaramelada otra vez a la actualidad. Ya está bien.

No es real que la sanidad de las personas inmigrantes cueste el dinero de las pensiones. No es real que la mayoría de las violaciones sean llevadas a cabo por inmigrantes. No es verdad que el hombre esté en desventaja sobre la mujer y no es verdad que hayamos removido el dolor a sacar a un dictador del Valle de los Caídos. No voy a dar los datos estadísticos porque entiendo que quienes estén leyendo estas líneas tienen la inteligencia suficiente para buscarlos personalmente y contrarrestar la información. No voy a seguir en el bucle de la desinformación, porque la única verdad que hay es que la inmigración ha enriquecido la economía del País. La única verdad que hay es que no son criminales y que a los criminales ya se les condenan. La única verdad que hay es que nuestras fronteras ya se defienden, que se combaten a las mafias y se trabaja para que la inmigración sea ordenada y regular. La única verdad que hay es que la Ley de Violencia de Género salva vidas. La única verdad que hay es la de la Constitución y la Justicia, pero no para usarla exclusivamente contra Cataluña para olvidarse luego, por ejemplo, de la Memoria Histórica o de las Autonomías de las regiones. 

Y en Ceuta, si queremos seguir disfrutando de la democracia y la libertad, y no queremos perder todos los derechos consagrados ni romper nuestra convivencia, hay que volver a arrasar en las urnas.

El PSOE, con Pepe Simón a la cabeza, tiene la llave de la concordia y la igualdad. No únicamente porque es el único partido que puede frenar esta ola ultraderechista, sino porque su talante y humildad harán posible el entendimiento necesario para la estabilidad. Ha sido el único político que ha pedido perdón y ha reconocido el fracaso, y creo que no hay mayor valor para avanzar que ese. Y también por su trabajo. Un trabajo que no va de titulares sin valor de ejecución o promesas vacías, sino de realidad. Quienes estamos a su lado sabemos que Ceuta ha ocupado una posición prioritaria en la defensa de nuestra educación inclusiva, la igualdad  y la sanidad. Si esto no fuera así no lo diría, bien sabéis que llevo tiempo callada en política. Pero cuando hay que luchar por un ideario limpio y transparente, no hay desafección que lo impida. 

Y termino para decir que no me importa que me llamen la roja feminista. No me importa que se rían de nuestro buenismo y no me importa que me acusen de intolerante cuando pongo línea roja a Vox.  Y no me importa porque prefiero mil veces estar al lado de la lucha contra el patriarcado, del diálogo en Cataluña,  y de la defensa de los Derechos Humanos, que al lado de la inhumanidad y la bajeza moral de la superioridad de la raza y el género, que es lo que rotundamente destruye nuestra Patria. 

Mi patria son las personas, mi bandera los valores. 

Mis principios la dignidad, la libertad y la fraternidad, y éstos no tienen precio.