Mirchandani y Jaramillo han sido finalmente condenados por la compra que hicieron de nueve carrozas sin ningún tipo de rigor ni tiesura. Esta sentencia es la evidencia del descontrol que existe en una ciudad donde hacen uso del dinero público de una manera totalmente personificada y sesgada.
Muchas son las veces que al final se han encontrado resquicios por los que el Gobierno ha logrado salir del caos atípico, por llamarlo de alguna manera sutil después de que la justicia nunca viera nada en algunos otros casos sonados.
Aún así, cada descontrol y cada vez que se adquiera algo sin licitación, adjudicación o contrato, se tiene que poner en conocimiento de la justicia por parte de los partidos políticos porque en la fiscalización está la auténtica oposición. El no hacerlo no arregla nada salvo la pérdida de la oportunidad de que una denuncia no quede únicamente en la hemeroteca de los medios de comunicación.
La irregularidad penal de las carrozas se conoció gracias al PSOE de Ceuta y al valor de José Antonio Carracao de llevarlo a fiscalía. Ahora corresponde a otras personas seguir profundizando en el tema, puesto que como se dijo hace tiempo " todavía hay muchas fiestas que parar".
Y acabo con un inciso, si tanta preocupación había por los Reyes Magos y por la ilusión de los niños, que el Gobierno les pida una carta con más becas, tres comidas al día y una vivienda digna, quizás así podamos ser más consecuentes y coherentes para realmente merecernos estar en política, puesto que como expresamente dice la sentencia “sólo tenían una opción como gestores públicos, cumplir la ley, ya que en democracia el fin no justifica los medios”.
