Opinión

Motivos para ir a la huelga, a pesar del PP 

Durante todo este tiempo he estado escuchando muchas opiniones sobre mi responsabilidad a la hora de secundar o no la huelga feminista. Al ser la máxima responsable de un colegio de Ceuta era inevitable que me pudieran poner servicios mínimos, pero finalmente nos dan a los directores y directoras la posibilidad de delegar durante el 8 de marzo nuestras funciones.

Sandra Lopez

Durante todo este tiempo he estado escuchando muchas opiniones sobre mi responsabilidad a la hora de secundar o no la huelga feminista. Al ser la máxima responsable de un colegio de Ceuta era inevitable que me pudieran poner servicios mínimos, pero finalmente nos dan a los directores y directoras la posibilidad de delegar durante el 8 de marzo nuestras funciones.

Aún así, en el momento que asumes un proyecto tienes que ser consecuente con él y no es lícito dejar en manos de otras personas las consecuencias que tú misma has decidido que recaigan en ti.

Pero puse en una balanza las distintas responsabilidades y mi moral no me deja obviar una realidad que nos asesina por día. Tengo una posición muy cómoda porque la vida me ha dado la oportunidad de ser funcionaria y trabajar para la administración pública, una suerte que no pueden tener miles de mujeres explotadas laboralmente y cobrando no únicamente un sueldo mucho más inferior que los hombres, sino asumiendo un trabajo no remunerado o no estando dadas de alta en la seguridad social. O aquellas otras que pueden ser despedidas o no llegan a final de mes y no pueden permitirse el lujo de aumentar las estadísticas de la feminización de la pobreza. A ellas les debo este paro laboral. 

Así que yo sí me sumo a la huelga feminista. Mañana voy a parar durante todo el día y únicamente iré a mi puesto de trabajo para organizar las actividades relacionadas con la igualdad, que se van a hacer con el alumnado, y para facilitar el paro de 15 minutos a mis compañeros y compañeras. Pero me iré mucho antes de las once y media, abandonaré mi puesto de trabajo.

Ojalá muchas más mujeres pudieran hacer lo mismo que yo. Creo que nos hemos equivocado las feministas de Ceuta avalando un paro simbólico de un cuarto de hora. Creo que tendríamos que ser muchas más las que nos sumáramos a la paralización de nuestra jornada y así demostrar a la sociedad entera que nuestro papel es fundamental para la sostenibilidad del sistema. 

¡Qué nos oigan, que nos tengan en cuenta! 

Así que yo sí haré una huelga feminista, no un paro de 15 minutos. 

Sobran los motivos.

Por las que han sido asesinadas, por las amenazadas, por las que son violadas, torturadas, coaccionadas. 

Por las que son prostituidas, explotadas sexualmente, por las que tienen miedo de volver solas a casa y tienen que agachar la cabeza cuando son piropeadas. Por quienes se creen que nuestro cuerpo es consumo y un fin comercial o únicamente reproductivo. 

Por las que no pueden ocupar un puesto de responsabilidad al ser mujer, a pesar de sus valías, porque éstos están ocupados por hombres solamente porque son hombres, independientemente de sus capacidades. 

Por las mujeres cuidadoras y las que no pueden conciliar. Por las que son cuestionadas por su forma de vestir, por las que son juzgadas cuando son demasiado independientes, libres y rebeldes.

Por las que dejan de estudiar y son obligadas a casarse. Por las que son mutiladas o condenadas a muertes en países con leyes misóginas. Por las mujeres porteadoras, por las migrantes y refugiadas. 

Haré huelga por nuestras abuelas, por nuestras madres y por nuestras hijas. Haré huelga por conciencia, por justicia, por lógica y sentido común. Por dignidad. Porque sin la consolidación de muchos derechos jamás podemos llegar a ser una sociedad decente, dentro de tantos indecentes. 

Y lo más importante, haré huelga para demostrarle al Partido Popular y a Ciudadanos que se equivocan, que están solos en esta lucha. Que no hay que tener complejos por decir que es una lucha política porque qué es entonces la política más que acabar con la desigualdad. La clave está entonces en preguntarles a los partidos que se niegan a que paremos, pero no mueven un dedo por la igualdad, que  cuáles son sus políticas. 

Yo lo tengo claro. 

Una lucha sin complejos, sin peros, sin condiciones. 

Así que sí, yo paro sin el permiso de nadie y en contra de lo que nos aconseja el Gobierno y quienes ridiculizan esta reivindicación histórica con chistes y eufemismos baratos. Yo hago la huelga para demostrar que no soy objeto de manipulación y que desde mi piel hacia dentro yo ejerzo mi más férrea dictadura. 

Que nadie decida más por mí.