Opinión

La ratio de un aula no importa, la del Gobierno de Ceuta, sí

Sentimientos encontrados. Últimamente tengo dentro de mí la confrontación de dos ideas que chocan una contra la otra como cuando discuten el corazón con la razón ante una historia de amor, por ejemplo. La indignación que me produce las personas que critican duramente la política es directamente proporcional a la forma que tienen algunas personas de hacer y ejercer la política, es decir, me resulta la misma incomodidad la apatía de la gente que decide acomodarse y no luchar ante las adversidades y las injusticias, mientras critica a quienes deciden entregar parte de su vida a servir, fiscalizar, proponer, enmendar o actuar, como rabia me ocasiona quien decide vivir a costa de la política o, lo que es peor, quienes utilizan la política como cajón para guardar todo aquello que no quieren tirar, pero que en el fondo no sirve para nada salvo para ocupar sitio y malgastar. 

Sentimientos encontrados. Últimamente tengo dentro de mí la confrontación de dos ideas que chocan una contra la otra como cuando discuten el corazón con la razón ante una historia de amor, por ejemplo. La indignación que me produce las personas que critican duramente la política es directamente proporcional a la forma que tienen algunas personas de hacer y ejercer la política, es decir, me resulta la misma incomodidad la apatía de la gente que decide acomodarse y no luchar ante las adversidades y las injusticias, mientras critica a quienes deciden entregar parte de su vida a servir, fiscalizar, proponer, enmendar o actuar, como rabia me ocasiona quien decide vivir a costa de la política o, lo que es peor, quienes utilizan la política como cajón para guardar todo aquello que no quieren tirar, pero que en el fondo no sirve para nada salvo para ocupar sitio y malgastar. 

¿Para qué un Gobierno con una composición tan grande en Ceuta? Permitir asesores, gestores de servicios, controladores de servicios en barriadas, o cualquier nombre que justifique aumentar el presupuesto destinado a los cargos de confianza, mientras a diario te llegan mensajes de personas que viven en la cuerda floja de la exclusión, mientras otras tantas se despiertan cada mañana para ver si serán desahuciadas o verán renovado el acuerdo con la Consejería y disfrutar del derecho a un alojamiento de urgencia, deja mucho que desear.

Que una población como Ceuta, con 85.000 habitantes, supere a comunidades como Extremadura, Castilla la Mancha, Cantabria o Madrid, es alarmante, pero más alarmante es que justifiquen esos cargos políticos como necesarios, porque es valorar de una manera muy poco digna el concepto de necesidad.

¿Qué es necesidad? Dímelo tú, yo lo tengo claro.

La política está para servir, no para servirnos, sí es cierto que no se puede infravalorar la labor que se hace desde la política, pero no es menos cierto que depende de nosotros y nosotros ganar en credibilidad, y esa credibilidad solamente se consigue con ejemplo, coherencia, responsabilidad, compromiso, humildad y sentido común, mucho sentido común.  

La política no es una profesión, es un medio para mejorar la calidad de vida de las personas y hacer valer los derechos, la igualdad y la fraternidad. Pero estas palabras no son sólo para enmarcarlas dentro de un discurso, estas palabras están para ponerlas en práctica.

Resulta sorprenderte ver lo difícil que es el día a día de las personas que se tienen que dedicar a la enseñanza con unas ratios tan elevadas, o quienes tienen que doblar turnos en un hospital, mientras el Partido Popular recorta en personal y en recursos económicos diciendo que la ratio no es tan importante para la calidad,  y que es necesario ahorrar, cuando a su vez éstos se rodean, bien rodeados, de asesores y asesoras. ¿Hablamos de ratio en el Gobierno de la Ciudad en comparación a la dimensión de Ceuta? No, aquí no interesa, aquí es lo mismo que Vivas viva por encima de sus posibilidades, para compensar ya estamos los demás. Como decía Nicolás Sebastien “dignidad sin méritos se hace acreedora a cumplidos sin estimación”.