El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) ya está ‘a punto’ y para su aprobación definitiva, después de que desde el pasado verano el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) dilatase los plazos cuando le solicitó a la Ciudad agregar varios informes, justificaciones, así como la incorporación de una memoria de viabilidad económica. En total, han sido unas 900 páginas de documentos adicionales con los que la Administración General del Estado pedía “subsanar una serie de errores materiales de los diferentes documentos que conforman el Plan General, así como la aclaración de referencias normativas teniendo en cuenta que, con posterioridad a la aprobación provisional del documento, ha entrado en vigor estatal”.
El pasado marzo el pleno de la Asamblea le dio luz verde provisional y el titular de Fomento, Alejandro Ramírez, elevó el documento a Madrid en mayo. Pese a los requerimientos del MITMA este verano, desde el Gobierno de la Ciudad se han afanado durante los últimos meses en asegurar o, más bien confiar, en que saliese adelante definitivamente antes de final de año. No va a ser así, pero tampoco esperará mucho más. Con todos los deberes hechos, Ramírez espera obtener el refrendo definitivo de las formaciones de la Asamblea a inicios de año, una vez finalice el periodo navideño. Será el penúltimo trámite para que Ceuta cuente con un nuevo Plan General después de 30 años.
A partir del momento en el que se supere ese trámite parlamentario, el documento viajará nuevamente a la capital y el Ministerio que dirige Raquel Sánchez dispondrá de seis meses de plazo para aprobar de manera definitiva el documento. En caso de no obtener una negativa, se procederá a la publicación de la orden ministerial en el BOE y, posteriormente, en el BOCCE que le aportará la legitimidad definitiva para que Ceuta comience a transformarse.
Muchos son los aspectos que contempla el Plan pero, sin duda, el urbanístico se posiciona como determinante. “Son muchas las constructoras que están a la espera desde hace meses para que se apruebe”, deslizan arquitectos de la Ciudad. Mantienen sus proyectos en ‘stand by’ para aprovechar el filón que el nuevo PGOU contempla en el área de la construcción. Entre las ventajas: la posibilidad de elevar hasta tres pisos más los edificios.
Más vivienda no solo en el aspecto arquitectónico, también en la disponibilidad de suelo disponible. “La configuración de toda la zona centro y el Recinto cambia por completo y habilita mucho más espacio”, aclaran las mismas fuentes que apuntan, con ello, a una caída de los precios de la vivienda que tan inflados se encuentran en la ciudad.
El nuevo PGOU “permitirá actualizar los instrumentos de planeamiento a las circunstancias actuales y dará seguridad jurídica a los operadores del segmento inmobiliario y empresarial para generar más inversión, más vivienda, más empleo y más calidad de vida, así como desarrollar sectores estratégicos como el puerto, el turismo, la economía digital, el desarrollo sostenible y el empleo, entre otros, permitiendo una mejora de la competitividad en todos ellos”.
