El tren Madrid con Casablanca, ¿una realidad para la final del Mundial 2030?

El Mundial de Fútbol de 2030, organizado por España, Portugal y Marruecos, podría ser el escenario de la inauguración del ambicioso túnel submarino que unirá las costas española y marroquí. Un proyecto que podría cambiar el futuro del transporte intercontinental

1-Túnel España Marruecos
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El Mundial de Fútbol de 2030, que será organizado conjuntamente por España, Portugal y Marruecos, está envuelto en incertidumbre. Uno de los puntos más debatidos es la ubicación del estadio que albergará el último partido de la Copa del Mundo, una decisión que se tomará tras intensas negociaciones entre los países organizadores. Mientras muchos sueñan con que sea España -o incluso Argentina- quien levante el trofeo, la verdadera incógnita radica en la ambiciosa propuesta de unir las costas española y marroquí mediante un túnel submarino.

Este megaproyecto, que ha sido objeto de estudio durante más de cuatro décadas, ha cobrado impulso en las últimas semanas gracias al apoyo de los gobiernos de ambos lados del Estrecho. La prensa marroquí ha alimentado los rumores de que la construcción, que se extendería durante cinco años, podría estar finalizada justo a tiempo para el Mundial. Sin embargo, la realidad parece ser otra.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, se reunió en marzo con su homólogo marroquí para reactivar el Proyecto de Enlace Fijo a través del Estrecho de Gibraltar. Aunque de aquella reunión solo se obtuvo el compromiso de convocar un nuevo Comité Mixto Hispano-Marroquí, el mayor órgano bilateral creado para tratar la conexión entre ambos países, aún no se ha fijado una fecha para su realización.

El último comité, el número 43, se celebró en abril del año pasado, cuando Raquel Sánchez aún lideraba Transportes. Aquella reunión sirvió para resucitar Secegsa, la empresa pública encargada de realizar los estudios del proyecto junto a la sociedad homóloga marroquí, tras varios años sin una asignación presupuestaria relevante.

Secegsa analizó diversas opciones para hacer realidad el Enlace Fijo entre España y Marruecos, incluyendo puentes suspendidos sobre apoyos fijos o flotantes, túneles sumergidos apoyados sobre el fondo marino, túneles flotantes sumergidos y túneles excavados. Finalmente, en 1996, se optó por la última alternativa, tras numerosos estudios que incluyeron excavaciones de galerías y pozos.

Los expertos sostienen que el túnel por debajo del lecho marino es la solución que menos afectará a la intensa navegación marítima de la zona, al no existir riesgo de colisión de embarcaciones con la infraestructura. Además, es la alternativa con menor impacto medioambiental y la más económica.

El proyecto prevé la unión de la terminal marroquí ubicada en Tánger y la española situada cerca de Punta Paloma (Cádiz), a una distancia de 42 kilómetros. La obra incluirá la construcción de dos túneles ferroviarios de vía única de 7,90 metros de diámetro interior, una galería de servicio y seguridad de seis metros de diámetro centrada entre los dos, y galerías transversales cada 340 metros.

Este proyecto tiene una vertiente geopolítica de enorme trascendencia, ya que ofrece oportunidades para el crecimiento de ambos países y para el desarrollo de los transportes terrestres intercontinentales. Se espera que su impacto en las relaciones comerciales entre Europa y África contribuya a una mayor integración y equilibrio entre las dos zonas.

El Estrecho de Gibraltar es uno de los mayores pasos de tráfico marítimo del mundo, solo superado por el Canal de la Mancha, bajo el que se construyó el Eurotúnel entre Francia y el Reino Unido. Se espera que una infraestructura de estas características facilite acuerdos permanentes no solo entre España y Marruecos, sino también entre Europa y África, aportando estabilidad y permitiendo sortear posibles crisis en el Mediterráneo.